Musk, el puente entre China y EE.UU. cuando Trump llegue a la Casa Blanca
China siempre ha alabado la presencia de Tesla en el gigante asiático hasta el punto de referirse a la empresa como un "ejemplo exitoso".
La llegada del multimillonario Elon Musk al próximo gobierno de Donald Trump podría ser una carta inesperada para China, que siempre ha alabado la presencia de Tesla en el gigante asiático hasta el punto de referirse a la empresa como un "ejemplo exitoso" de la cooperación entre China y Estados Unidos.
Musk estará al frente del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, en inglés) para impulsar "reformas estructurales a gran escala", un cargo que a priori no guarda relación con la política comercial estadounidense hacia China.
Algunas voces aseguran que el Gobierno chino lleva ya meses preparándose para un segundo mandato de Trump, y ahí entraría en juego Musk como 'puente' o 'vía de acceso' para lidiar con el próximo presidente estadounidense dados sus intereses en China, país que ha visitado en varias ocasiones.
El magnate de origen sudafricano incluso llegó a reunirse en 2023 en San Francisco con el líder chino, Xi Jinping, a quien expresó su gratitud "por el desarrollo de la industria de vehículos eléctricos" en el país asiático y su apoyo "al desarrollo de Tesla en China".
Tesla, buque insignia en el gigante asiático
La red social X, comprada por Musk en octubre de 2022, está prohibida en China, que además busca construir su propia red aeronáutica y espacial, con lo que, descartando SpaceX, los intereses del magnate en el país asiático se centran en su automovilística Tesla, que en 2019 abrió una megafábrica en la megalópolis oriental de Shanghái.
El empresario aseguró este abril durante una visita a China que esa planta es "la de mejor rendimiento de la compañía" a nivel mundial, "gracias al duro trabajo y la sabiduría del equipo chino".
La fábrica produjo más de 900.000 vehículos solo en 2023, muchos de los cuales forman parte de los 1,7 millones de vehículos vendidos por Tesla en China desde que entrase en el mercado del país hace una década.
La pasada primavera, Musk se reunió también con el primer ministro chino, Li Qiang, esta vez en Pekín, quien le aseguró que Tesla es "un ejemplo de la exitosa cooperación económica y comercial" entre ambos países.
En esa reunión, el magnate, que expresó en redes sociales su respeto por el pueblo chino "y sus innovaciones", le habría pedido a Li la aprobación regulatoria que necesita del Gobierno chino para operar en el país asiático su plataforma FSD, el software de conducción semiautónoma de la empresa, según el diario Financial Times.
China, muy "atenta" al papel de Musk
Ante esta tesitura, funcionarios chinos citados por el diario hongkonés South China Morning Post aseguran que el Gobierno chino está "muy atento" al papel que pueda jugar Musk.
Académicos como el profesor de la Universidad de Nanjing Zhu Feng aseguran que Pekín esperará a ver qué influencia real tendrá Musk en el próximo Gobierno estadounidense, a quien con todo seguirá pidiendo una relación bilateral "estable, sana y sostenible", tal y como señaló Xi en su llamada de felicitación a Trump el mes pasado.
"Aunque Trump aumente su presión sobre China, Pekín seguirá enfatizando que ambos países deben seguir trabajando juntos", señala.
Mientras, la portavocía del Ministerio chino de Exteriores indicó a EFE que el nombramiento de Musk se trata de "un asunto interno" de EE.UU., por lo que es un tema sobre el cual Gobierno del país asiático descarta opinar.
No obstante, los expertos creen que China se prepara al mismo tiempo para una intensificación de la guerra comercial que inició Trump durante su primer gobierno (2017-2021), lo que a su vez duplicaría los esfuerzos de Pekín para lograr la autosuficiencia tecnológica y diversificar su comercio para reducir su dependencia de las exportaciones estadounidenses.
Según Zhu, después de vivir su primer mandato, "en China se entiende mucho mejor el estilo de Trump, lo que permitirá al Gobierno estar mejor preparados".
"Lo principal es que sabemos que la política estadounidense hacia China no volverá a ser como antes. China lo entiende y lo acepta", asegura el analista.
Las relaciones entre los dos países se deterioraron drásticamente durante la primera presidencia de Trump con varias tandas de aranceles a productos chinos y colisiones en planos como el diplomático o el tecnológico, mientras que con Joe Biden en la Casa Blanca la tensión se reavivó con rifirrafes a cuenta de Taiwán o por las restricciones a las exportaciones a China de semiconductores y otra tecnología clave.
EFE