Concentración convocada por los sindicatos en la Plaza de la Cibeles, a las puertas del Ayuntamiento de Madrid, con motivo del Día de la Mujer.
Concentración convocada por los sindicatos en la Plaza de la Cibeles, a las puertas del Ayuntamiento de Madrid, con motivo del Día de la Mujer.
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EFE

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Las mujeres toman las calles de España en una huelga feminista histórica

Al menos 5 millones de personas salieron a las calles.

Cientos de miles de mujeres, acompañadas por miles de hombres, inundaron hoy las calles de toda España como colofón a un Día Internacional de la Mujer histórico en el que se desarrolló la primera huelga general feminista para exigir igualdad real.

Mujeres de todas las edades, profesiones y razas protagonizaron un 8 de marzo sin precedentes por su impacto social y también económico, dado que los sindicatos mayoritarios españoles (CCOO y UGT) cifraron en casi 6 millones el número de participantes en los paros.

La jornada supone un golpe encima de la mesa reivindicativo tras varias semanas en las que el feminismo ha logrado una victoria si cabe mayor: que en las casas, en los bares y en los medios de comunicación se haya debatido como nunca de conceptos casi siempre olvidados, como la desigualdad salarial, el techo de cristal, el acoso sexual o las trabas a la conciliación familiar.

El éxito de la convocatoria se tradujo en una riada de personas, en su mayor parte de mujeres, que tiñeron de morado, símbolo feminista, las calles de decenas de ciudades españolas.

"Paramos para cambiarlo todo", "Si las mujeres paramos, se para el mundo" o "Vivas, libres y unidas por la igualad", fueron los lemas elegidos para unas protestas organizadas por la plataforma 8M en las que el ambiente reivindicativo se mezcló con el festivo.

En Madrid, el recorrido estaba abarrotado una hora antes del inicio y la cabecera de la manifestación se tuvo que adelantar 500 metros para evitar el colapso.

El transporte público dejó de parar en algunas estaciones y buena parte de los asistentes, 170.000 según fuentes del Gobierno autonómico, no pudieron ni siquiera llegar al recorrido previsto.

En Barcelona también se adelantó el comienzo de la manifestación por el desbordamiento de las previsiones en lo que fue, según los organizadores, una de las mayores manifestaciones en los últimos años en la ciudad.

Imágenes similares se vieron en el resto de las principales ciudades españolas a lo largo de todo el día.

Una de las más impactantes tuvo lugar en la playa del Fortí de Vinaròs, en la provincia de Castellón (sureste de España) que durante toda esta semana acoge una macroexposición con 731 cruces que representan a las mujeres asesinadas en crímenes de violencia de género desde 2007.

También fue especialmente llamativo el acto realizado por un colectivo de mujeres que se desnudaron de cintura para arriba ante la catedral del Buen Pastor de San Sebastián (norte) en respuesta a las palabras pronunciadas el lunes por el obispo de esa ciudad, José Ignacio Munilla, sobre el feminismo.

El prelado aseguró, en su programa de la emisora Radio María, que el "demonio había metido un gol" a la causa feminista "desde las propias filas", debido a que algunas de las reivindicaciones de este colectivo, como el aborto libre, se había vuelto contra las mujeres.

Antes de las movilizaciones con las que se cerró la jornada, en torno a 5,9 millones de personas, en su mayoría mujeres, pararon en sus centros de trabajo en señal de protesta, bien secundando la huelga de 24 horas convocada por sindicatos minoritarios como CGT o CNT, u optando por paros parciales de dos horas, propuestos por los sindicatos mayoritarios.

El paro afectó a diferentes sectores, incluido el ferroviario (con más de 100 trenes cancelados), la automoción, el sector agroalimentario, el comercio o los servicios públicos sanitarios y educativos.

En las ventanas de los edificios se vieron delantales colgando como símbolo, entre otras reivindicaciones, del trabajo no remunerado que las mujeres realizan en los hogares.

El paro llegó a lugares emblemáticos como el Teatro Real de Madrid, donde la falta de personal técnico impidió representar la ópera Aída en el escenario y se optó por una versión concierto.

Tras la polémica política que precedió el 8 de marzo, todos los dirigentes políticos españoles exhibieron hoy el lazo morado, símbolo de la protesta feminista, si bien los miembros del Gobierno, del gubernamental Partido Popular (PP-centroderecha) y de Ciudadanos (liberales) no secundaron el paro, como sí hicieron la mayor parte de los miembros de los partidos de izquierdas.

EFE
 

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