Israel vive en tensión tras una semana con apuñalamientos diarios
Un repunte de la violencia en el territorio ha dejado siete israelíes y 33 palestinos muertos hasta el momento.
Israel vivió hoy la primera jornada sin apuñalamientos en una semana, aunque la tensión entre palestinos e israelíes se mantiene con enfrentamientos y la convocatoria por parte de facciones palestinas de una nueva jornada de la ira mañana viernes.
A última hora de la tarde la situación permanecía sin cambios significativos tras una jornada de relativa tranquilidad desde que el pasado 1 de octubre se iniciara un repunte de violencia en la región que ha causado hasta la fecha la muerte de siete israelíes y 33 palestinos (13 de ellos autores o supuestos autores de ataques, según el recuento de Efe) en ataques o disturbios.
Sin cobrarse ninguna víctima, la jornada sí contó con numerosos incidentes, como la decisión de cancelar los partidos de fútbol programados para el fin de semana en el norte del país entre equipos árabes e israelíes, dada la delicada situación de seguridad, según informaron los responsables deportivos del país.
La enorme tensión que vive la región fue la causante también de un suceso protagonizado por un soldado israelí, que disparó en el interior de un tren en la ciudad de Haifa al creer que en el vagón viajaba un individuo sospechoso que pretendía cometer un apuñalamiento.
El uniformado, con rango de oficial, habría abierto fuego "al parecer, debido a la situación de nerviosismo comprensible y después de que varios soldados que viajaban en el tren identificaran a una persona y comenzaran a gritar 'terrorista'", explicó la portavoz policial Luba Smari sobre este suceso, que terminó sin víctimas.
Además, los enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas israelíes y los palestinos se mantuvieron durante el día en la ciudad cisjordana de Belén y en el cruce de Qalandia, el mayor entre Jerusalén y Ramala, al igual que entre residentes palestinos y policías israelíes en varios barrios palestinos de Jerusalén, como Isawiya y Ras Al Amud.
Allí, las autoridades israelíes iniciaron la colocación de bloques de hormigón que restringen los accesos a la zona, como parte de las medidas excepcionales aprobadas por el Gabinete de Seguridad del Gobierno de Benjamin Netanyahu, que incluyen también la confiscación de las propiedades de los atacantes o la demolición inmediata de sus viviendas, entre otras.
Mientras tanto, la tensión en la arena política permanece también con la convocatoria hecha para mañana viernes por varias facciones palestinas de una nueva "Jornada de la Ira", para que los palestinos expresen su malestar en Gaza, la Cisjordania ocupada y Jerusalén.
"Mañana es un Día de la Ira para apoyar la Intifada palestina. Las facciones están llamando a un Día de la Ira para asegurarse de que la Intifada continúa", escribió el digital palestino Palsawa, y precisó que tanto el movimiento islamista Hamás como el Frente Democrático para la Liberación de Palestina pedían que las protestas comenzaran tras el rezo del mediodía.
El cruce de acusaciones sobre la responsabilidad por la actual situación tampoco decayó, tomando el testigo de los reproches hoy Netanyahu al discurso que hizo ayer el presidente palestino, Mahmud Abás.
En este, Abás afirmó que los palestinos continuarán su lucha contra las políticas israelíes en los territorios palestinos y culpó a Israel de "ejecutar" a palestinos, además de advertir de que no permitiría "que prospere ningún plan israelí en relación a la Mezquita de Al Aqsa o Jerusalén".
"El presidente Abás tiene que acabar con esta incitación", exigió hoy el primer ministro israelí en una rueda de prensa televisada en Jerusalén.
Según Netanyahu, Abás no sólo "justifica" la ola de violencia, sino que la anima con "mentiras" sobre las intenciones de Israel en la Explanada de las Mezquitas.
"Abu Mazen (Abás) incita al crimen, hay que hacerle responsable (...). Nada justifica el terrorismo, no es justificable ni aceptable", denunció Netanyahu, que insistió en que Abás y el liderazgo palestino lanzan falsas acusaciones sobre las respuestas de Israel ante los atacantes palestinos y las intenciones del país en la Explanada de las Mezquitas.
"Los atacantes repiten la incitación palestina sobre la Mezquita de Al Aqsa, las mentiras (...). Esto es un intento palestino de inflamar la violencia", se defendió Netanyahu, quien aseguró que, según se ha visto en las redes sociales, muchos de los autores de los apuñalamientos habían escrito comentarios que relacionaban sus ataques con la situación del templo sagrado.
El recinto sagrado aloja la Mezquita de Al Aqsa, tercer lugar sagrado para el islam y que es conocida como Monte del Templo para el judaísmo, que lo considera su primer sitio santo, y es origen frecuente de tensiones entre judíos y musulmanes.
Netanyahu aseguró estar comprometido con mantener el "statu quo" del sitio, que sólo permite rezar allí a los musulmanes, e invitó a Abás a sentarse en la mesa de negociaciones "para parar la ola de incitación".
EFE