El presidente de la Conferencia Episcopal australiana, Mark Benedict Coleridge, aseguró hoy que se hará todo lo posible para que "los horrores" de los abuses contra menores por parte del clero "no se repitan", durante la homilía de la misa de clausura de la cumbre celebrada en el Vaticano.

El arzobispo de Brisbane afirmó que los obispos y líderes de la Iglesia católica tienen "una misión que exige no sólo palabras, sino acciones concretas y reales".

En estos últimos tres días se ha celebrado una reunión sin precedentes en la que 190 representantes de la jerarquía de la Iglesia, entre ellos obispos, superiores de órdenes religiosas y la Curia vaticana abordaron los abusos a menores por parte de clérigos y su encubrimiento.

El obispo australiano enumeró los propósitos de los hombres de la Iglesia: "Haremos todo lo posible para hacer justicia y sanar a los sobrevivientes de abusos; los escucharemos, les creeremos y caminaremos con ellos; nos aseguraremos de que los que han abusado nunca más puedan ofender".

"Pediremos cuentas a los que han ocultado abusos", agregó el prelado australiano durante la misa celebrada en la Sala Regia del palacio pontificio ante los participantes de esta cumbre y el papa Francisco.

Mencionó algunas de las propuestas que han surgido en estos días de debates como "fortalecer los procesos de reclutamiento y formación de líderes de la Iglesia" y "educar en lo que la protección requiere".

"Haremos todo lo posible para que los horrores del pasado no se repitan y que la Iglesia sea un lugar seguro para todos, una madre amorosa especialmente para los jóvenes y los vulnerables", dijo el obispo procedente de uno de los países donde se han registrado numerosos abusos a menores por parte del clero.

Admitió que todo ello necesita su tiempo, pero advirtió que no existe "un para siempre" y que "no nos atrevemos a fracasar".

Con dureza recordó que han "mostrado muy poca misericordia" y, por lo tanto, recibirán la misma. "No quedaremos impunes, como dice David, y ya hemos conocido el castigo", aseveró.

EFE