Los pobres son los que más han sufrido con el terremoto que sacudió a Afganistán.
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EFE

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El terremoto de Afganistán se 'ensañó' con los más pobres

El desastre natural de magnitud 7,5 en la escala de richter arrasó a un país destruido ya de por sí por la guerra.

El terremoto de 7,5 grados que sacudió el lunes el noreste de Afganistán y el vecino Pakistán, causando 389 muertos y miles de heridos en los dos países, afecta sobre todo a los más pobres entre la población, incapaces de rehacer sus vidas.

"No nos moriremos de hambre o desempleo, pero las frías temperaturas son una amenaza. Espero que el Gobierno nos proporcione al menos algo de dinero para reconstruir nuestra casa, y después ya me preocuparé en poner en funcionamiento de nuevo mi carpintería", relató a Shahidullah, de 50 años y padre de 18 niños.

Shahidullah es uno de los vecinos de la aldea de Wama-e-Qadim, en la azotada provincia de Nuristan, donde fallecieron al menos siete personas por el seísmo, otras 76 resultaron heridas, además de dejar unas 815 casas destruidas y la muerte de unas 500 cabezas de ganado.

"Gracias a Dios, ninguno de mis hijos resultó herido durante el terremoto, pues se encontraban en el campo", explicó el carpintero, que vive ahora con su familia en una precaria tienda de campaña donada por algunos de sus allegados.

Shahidullah inició su negocio en 2006, después de conseguir reunir, tras años de esfuerzo, los 500.000 afganis necesarios (unos 8.000 dólares) para comprar la maquinaria y el terreno donde montó la carpintería, pero el terremoto "la destruyó por completo".

"Era feliz con mi trabajo, no ganaba mucho dinero, pero el suficiente para dar de comer a mis hijos", señaló Shahidullah, con escasas esperanzas de que las autoridades afganas le ayuden a volver a poner en funcionamiento su negocio.

El jefe del Consejo Provincial de Nuristan, Sadullah Nuristani, reconoció que la empobrecida población "no será capaz de restablecer sus vidas y volver a trabajar" sin la ayuda del Gobierno o de las organizaciones caritativas.

Según Nuristani, el 80% de los habitantes de la provincia se vieron afectados por el terremoto, que además golpeó seriamente al ganado, uno de los principales modos de subsistencia en la región.

El portavoz del gobernado provincial, Muhammad Mussa Shami, dijo que la prioridad ahora es proporcionar ayuda de emergencia a las víctimas del terremoto, lo que no es fácil por lo remoto de las zonas y la falta de seguridad.

Después, en una segunda fase, pasarán a las tareas de reconstrucción.

"Llevará meses reconstruir todo lo que el terremoto destruyó", sentenció Shami, que detalló que la lluvia y la nieve ha empeorado todavía más la situación de las víctimas.

El seísmo del lunes de 7,5 grados con epicentro en Badakhshan, en el noreste afgano, causó 118 muertos en Afganistán y 271 en el vecino Pakistán, y ha tenido desde entonces 18 réplicas de entre 4,8 y 4,1 grados en la escala Richter.

EFE

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