Iberoamérica se unirá contra el maltrato de género en la XXVII Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno del 21 de abril con la aprobación de un programa de cooperación regional para prevenir este tipo de violencias.

A espera de la cita presidencial del 21 de abril en el Principado de Andorra, cuando los mandatarios deberán confirmar de manera oficial la formación del programa, la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, avanzó a Efe que la iniciativa hará que el intercambio de información entre los países en esta materia sea “mucho más constante y permanente”.

“Estamos sumamente preocupados, ha habido un aumento del 25% de media en los casos de violencia de género reportados en la pandemia y por lo tanto hemos trabajado muy duramente para poder ir a la aprobación de un programa para la erradicación de la violencia de género", contó.

Asimismo, reconoció que la preocupación de los países de la región sobre los derechos de las mujeres es dispar, pero valoró que los "más reacios" hayan "apoyado mucho la agenda contra la violencia de género".

La declaración final de Andorra tendrá varias menciones a la equidad de género y el empoderamiento económico de las mujeres, y la cita será aprovechada para animar a los Estados a unirse a Coalición de Acción para el Empoderamiento Económico de las Mujeres, co liderada por la Secretaría General Iberoamericana (Segib) y la vicepresidencia de Colombia.

Iberoamérica defiende que las mujeres tomen las decisiones para salir de la crisis

Otra de las cuestiones en las que más se ha incidido desde Iberoamérica durante el último año es en la necesidad de que las mujeres sean parte activa de la toma de decisiones diseñadas para salir de la crisis derivada de la Covid-19.

En multitud de ocasiones, Grynspan ha defendido que la salida de la crisis no será justa si las mujeres solo son objeto de las medidas y no protagonistas activas.

"No nos basta que esté el tema, queremos estar nosotras, no queremos ser habladas, queremos hablar", subrayó.

La pasada semana, las vicepresidentas de Costa Rica, España, Uruguay y Colombia se manifestaron en la misma línea en lo que bautizaron como una suerte de Cumbre Iberoamericana paralela, donde todas las líderes eran mujeres y no hombres, como sucederá en Andorra.

"Yo siento que estoy participando en una Cumbre, esto es una Cumbre hoy convocada por ustedes, también es una forma de comunicar de cuando las mujeres llegamos -a los cargos- tenemos esa capacidad de conversar sobre una agenda común", afirmó entonces la vicepresidenta de Uruguay, Beatriz Argimón.

Grynspan lamentó la ausencia de mandatarias en la cita, pero dió por hecho que la sociedad caminará "hacia más mujeres en los puestos más altos de Gobierno".

Así las cosas, Grynspan será la única mujer en la foto de familia de la Cumbre, un espacio totalmente masculino en esta ocasión.

"Yo en la Cumbre me manejo tomando el lugar que me corresponde, alzando la voz a favor de la equidad de género, es una responsabilidad que yo tengo porque estoy aquí por lo que hicieron otras mujeres por mí, las que lucharon por mis derechos y yo tengo que seguir ese mismo ejemplo", dijo.

Las leyes que aún impiden el empoderamiento económico de las mujeres

Durante los siete años que lleva al frente de Segib, el organismo dio un vuelco hacia la igualdad de género y no solo porque Grynspan fuera la primera mujer en llegar al cargo.

Varios proyectos liderados por su organismo pusieron a la mujer en el centro de la cooperación y también de la discusión política.

En ese sentido, el programa que salga de la Cumbre se unirá a una iniciativa en la que Segib y ONU Mujeres trabajan conjuntamente desde 2017 para identificar las leyes que impiden el empoderamiento económico de las mujeres.

El análisis de las legislaciones de los 22 países de la región (los 19 latinoamericanos, España, Portugal y Andorra) contiene una ficha por Estado con datos extraídos de cuestiones como el salario, la seguridad social, la libertad de elección del empleo y la protección del trabajo doméstico remunerado y la maternidad.

Además datos recabados demuestran que el 59% de los países de Iberoamérica no cuentan con la legislación necesaria para garantizar que los hombres y las mujeres reciban “igual remuneración por trabajos de igual valor” o el 77% no protege los derechos de las trabajadoras domésticas.

Además, ambas instituciones propusieron entonces una agenda de reformas legislativas para los próximos cinco años “con el objetivo de conseguir una igualdad de género real y sustantiva en la región”. 

EFE