La devoción a las "ñatitas" o cráneos humanos, arraigada en varias familias bolivianas, pasa poco a poco a generaciones más jóvenes que se convierten en los nuevos protectores de esta práctica que, según dicen, tienen como retribución milagros y bendiciones de las almas que ocuparon esos restos humanos.
Decenas de creyentes en las "ñatitas" se congregaron esta jornada en el centenario Cementerio General de La Paz en el día dedicado a esta tradición y en el que esos cráneos son sacados de casa por sus dueños para agasajarlos tal como si tuvieran vida.
Las callejuelas del camposanto se llenaron de personas que transportaban esas calaveras en pequeñas urnas de vidrio o madera, que estaban decoradas con coronas de flores, en el caso de las que se cree fueron mujeres, mientras que los considerados varones tenían sombreros, cigarros y hojas de coca entre los dientes.
EFE