En dos meses de 2024, entre mayo y junio, Barranquilla y Soledad se enfrentaron a una ola de violencia contra la Policía Nacional, jurisdicción que históricamente no había sido tan afectada por este tipo de crímenes. 

Tres uniformados asesinados y un policía herido en solo dos meses reflejan una preocupante tendencia que las autoridades aún no logran explicar completamente. 

La inquietud sobre los motivos detrás de estos ataques sigue siendo alta, y la pregunta sobre si se trató de un ‘plan pistola’ o si los uniformados estaban involucrados en algo irregular permanece sin respuesta.

El primer caso ocurrió el pasado 17 de mayo, el patrullero de la Policía Nacional Jaider Gregorio Amador Quessep, de 32 años, fue asesinado a tiros en el barrio San Luis, en el suroccidente de Barranquilla. 

El hecho quedó registrado en cámaras de seguridad, donde se observa cómo el agente fue atacado por un sicario que lo seguía en una motocicleta. Incluso, una vez en el suelo, el atacante continuó disparándole.

Amador fue trasladado inicialmente a la Clínica San Ignacio y luego remitido a la Clínica La Costa, donde se confirmó su fallecimiento. 

Tres meses después del crimen, es decir, en agosto, la Policía informó sobre la captura de 5 personas que estarían involucradas en el asesinato. 

Estos fueron identificados como Gustavo Adolfo Villanueva Yerena, alias ‘El mello’; Fernando Stiven Acuña Fuentes, Eudo Enrique Romero Urdaneta, Josué David Acuña Fuentes; y Johan Farid Viloria Carpio, quienes fueron aprehendidos durante operativos en los barrios Ciudadela 20 de Julio de Barranquilla, Villa Carmen II de Soledad, y Candelaria Sur de Valledupar. 

Tras un arduo trabajo investigativo, los encargados del caso obtuvieron elementos materiales de prueba que permitieron reconstruir los hechos y determinar que el crimen fue fraguado por la banda ‘Los Pepes’.

“Inicialmente confirmaron que el hecho delictivo fue fraguado por el grupo delincuencial común organizado ‘Los Pepes’. También, que el seguimiento al patrullero por parte de los delincuentes inició varias horas antes de perpetrar el homicidio”, señaló la Policía en su momento. 

Según las investigaciones, el seguimiento al patrullero comenzó horas antes del crimen, con cinco personas involucradas que se movilizaban en una moto y dos vehículos.

La mañana del 17 de mayo, los sospechosos fueron vistos en una gasolinera de la Avenida Circunvalar ultimando detalles del ataque. 

En ese momento, patrulleros del cuadrante los abordaron para realizar un registro, logrando identificarlos plenamente. Sin embargo, como no portaban armas de fuego en ese momento, no pudieron ser detenidos.

Más tarde, los delincuentes esperaron a que el patrullero terminara su turno de trabajo y comenzaron a seguirlo, alternándose entre los vehículos para no levantar sospechas. Finalmente, en el barrio San Luis, ejecutaron el plan, resultando en el homicidio registrado en cámaras de seguridad.

Los capturados quedaron a disposición de la Fiscalía por los delitos de homicidio agravado y fabricación y porte ilegal de armas de fuego o municiones y luego en audiencias enviados a prisión por un juez con función de garantías.

Crimen de policía de la Dijín en Villa Katanga

La tarde del pasado sábado 8 de junio, el subintendente de la Policía Nacional adscrito a la Dijín Mebar, Gerson José Piñeres Porto, de 39 años, fue asesinado a tiros en el barrio Villa Katanga, de Soledad.

El ataque ocurrió en una cancha de fútbol ubicada en la calle 57 con carrera 20, mientras Niño Porto observaba un partido de fútbol en el que participaba su hijo. 

El uniformado estaba acompañado por su esposa cuando, según testigos, dos hombres a bordo de una moto AKT CR4 de color negro con rojo llegaron al lugar y dispararon contra él.

Niño Porto recibió dos impactos de bala: uno en el tórax y otro en la región ciliar, heridas que lo dejaron gravemente malherido. A pesar de que fue trasladado de urgencia a la Clínica de la Policía los médicos no pudieron salvarle la vida debido a la gravedad de las lesiones.

Tras el homicidio, la Policía Metropolitana de Barranquilla dispuso de un equipo especial de investigación para esclarecer los hechos. Además, se anunció una recompensa de hasta 50 millones de pesos por información que permitiera identificar, ubicar y capturar a los responsables del crimen.

Como parte de la investigación, la Policía dio a conocer varias imágenes de los presuntos sicarios al momento del ataque. Eran dos hombres que vestían camisetas blancas y jeans, el conductor de la moto llevaba casco, mientras que el parrillero, quien sería el autor material del crimen, aparece en algunas tomas sin gorra y en otras portándola.

El pasado 22 de diciembre las autoridades informaron sobre la captura de dos presuntos integrantes de ‘Los Pepes’, señalados del crimen del policía de la Dijín.

Se trata de Luis Alberto Escorcia Ariza; y Jesús David Charris Guerrero, quienes eran requeridos por los delitos de homicidio agravado y fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego o municiones.

Los capturados en operativos en Bogotá y Soledad, Atlántico, de acuerdo a las autoridades, estarían al servicio del grupo delincuencial organizado ‘Los Pepes’, bajo el mando de alias ‘Gordo 40’ (jefe de zona) y hombre de confianza de alias ‘Digno Palomino’ (principal cabecilla de la organización). 

Además, registraban un total de 7 anotaciones judiciales por los delitos de homicidio, amenazas, receptación, tráfico de estupefacientes y porte ilegal de armas de fuego o municiones.

Ambos quedaron a disposición de las autoridades competentes y se encuentran a la espera de las audiencias de legalización de captura, imputación de cargos y medida de aseguramiento. 

Homicidios del Subintendente de la Policía Ciudadela 20 de Julio

De siete disparos, dos de ellos en la cabeza, fue asesinado el 29 de junio en el barrio Ciudadela 20 de Julio, el subintendente de la Policía Carlos Fernando Fuentes Noriega, adscrito al grupo de Tránsito y Transporte de La Guajira.

El subintendente, quien se encontraba en su día de descanso, había pedido desde su casa una ensalada de frutas en un establecimiento comercial. Sin embargo, el sicario, disfrazado como domiciliario y llevando una caja de pizza, llegó hasta la ventana de su vivienda para ejecutar el crimen.

El asesinato quedó registrado por cámaras de seguridad del sector. En las imágenes se observa cómo el sicario, aparentando ser un repartidor de alimentos, se acerca a la ventana donde se encontraba Fuentes Noriega, saca un arma y le dispara en repetidas ocasiones. Tras cometer el crimen, el atacante huyó rápidamente del lugar.

El subintendente fue trasladado de inmediato al Camino de la Ciudadela, pero llegó sin signos vitales debido a la gravedad de las heridas.

El coronel Dave Figueroa, comandante operativo de la Policía Metropolitana de Barranquilla, anunció en su momento que se designó un equipo especial de investigación para esclarecer los móviles del homicidio y dar con los responsables, quienes hasta la fecha no han sido capturados. 

Policía herido en La Victoria

El ataque fue contra el patrullero Jorge Luis Betín Hernández, de 37 años, quien resultó herido en otro atentado en el barrio La Victoria, también en Barranquilla, en horas del mediodía de 29 de junio, horas antes de que se registrara el hecho de sangre en el barrio Ciudadela 20 de Julio en el que murió el subintendente de la Policía Carlos Fernando Fuentes Noriega.

El hecho se registró cuando Betín se dirigía en su moto particular hacia la estación de Policía Centro Histórico para tomar su turno de vigilancia. En ese trayecto, fue interceptado por dos hombres a bordo de una moto negra, que le dispararon. 

El patrullero resultó herido en el glúteo izquierdo y fue trasladado a la Clínica Campbell, donde recibió atención médica. Los agresores huyeron del lugar y hasta el momento no han sido capturados.

De los tres asesinatos solo se ha esclarecido el crimen de Jaider Gregorio Amador Quessep y se espera que el segundo en resolverse sea el de Gerson José Piñeres Porto con la recientes capturas.

Zona Cero intentó en varias ocasiones conseguir una declaración de la Policía Metropolitana de Barranquilla, pero resultaron infructuosas las gestiones.