A la una de la tarde del 17 de octubre, Ediel Toloza, un hombre que se gana la vida como profesor de una institución educativa de El Banco, Magdalena, recibió del destino el designio de convertirse en el ángel guardián de su propia sobrina. 

Valery Peña Ospino, una joven estudiante de 15 años, yacía tirada sobre la carretera que incorpora al corregimiento de Belén con la vía principal que, en 20 minutos, lleva a los conductores hacia El Banco. Estaba completamente bañada en sangre, por eso su tío al principio no alcanzó a reconocerla. 

“Yo la vi tirada; se había arrastrado desde una trocha hasta la carretera. Siempre estuvo consciente; me pidió ayuda y me dijo que la llevara a la clínica”, recuerda Ediel que le dijo su sobrina. Y eso hizo. Al poco tiempo, Ediel trasladó a su sobrina a la clínica Previsalud, en El Banco. 

Las nueve puñaladas que había recibido Valery -en especial una herida mortal en su cuello- hacían que la pequeña fuera trasladada de suma urgencia a Santa Marta, a cinco horas de carretera. La menor fue internada primero en la clínica la Milagrosa, pero la complejidad de sus heridas obligaron a que, días después, fuera trasladada a Barranquilla, en la Clínica General del Norte.  

Fueron días de angustia para la familia de Valery, pero también para la comunidad de educadores de El Banco, que está muy consternada pues la menor no solo era estudiante de décimo grado en la institución educativa José Benito Barros, en ese municipio, sino que además, su papá, Jorge Peña, es el rector de la IED Julián Mejía Alvarado, en el corregimiento de Belén. 

Los días de lucha de Valery, a quien le indujeron un coma en espera de que mejorara de sus graves heridas, desfallecieron este jueves por la madrugada, cuando la muerte ganó la batalla. 

Ahora la tarea es para las autoridades

Sobre este cruento caso que sucedió días atrás en El Banco, se entretejen varias hipótesis que son materia de investigación para las autoridades. 

La primera y más importante de ellas, según conoció Zona Cero, es que la joven Valery, que siempre estuvo consciente, alcanzó a identificar a uno de sus agresores y, además, tuvo la oportunidad de describir algunos hechos del episodio del que fue víctima. 

Según estos testimonios, la menor conducía su motocicleta por la trocha que comunica al corregimiento con la carretera principal, cuando fue sorprendida por dos personas que le bloquearon el camino y la hicieron caer de la moto. Allí es cuando se habría perpetrado el cruel ataque, del cual también habría sido víctima de abuso sexual. 

Al parecer, la menor sobrevivió a las heridas, hechas con una tijera, porque se hizo la muerta. Y habría sido en este momento, cuando la menor habría escuchado hablar a los agresores, comentando que “el trabajo había quedado hecho” y por el cual cobrarían una suma de dinero. 

Con esta información, las autoridades identificaron a un sospechoso, que tiene antecedente judiciales y que, al parecer, ya no permanece en el lugar donde solía vivir. 

Dentro de sus investigaciones, las autoridades también manejan una hipótesis que involucraría a una menor de edad. 

Este repudiable hecho es tan solo una huella más de una grave situación que se viene presentando en el municipio de El Banco, donde, según una fuente de Medicina Legal, son demasiados los casos que llegan hasta estas instalaciones de menores de edad que son valoradas por abusos sexuales: tantos que pueden llegar a ser hasta 2 y 3 por día.