La familia de Katherine Martínez esperaba un milagro de Dios.

No fue esa la voluntad del Creador y la cajera de la Olímpica de la calle 82, quien recibió un disparo en el abdomen en el atentado al narcotraficante guajiro Libardo Parra, falleció a las 4:12 de la tarde de este jueves en la Clínica Bonnadona.

“Todo se lo dejamos a Dios” fue lo primero que expresó Ayda Martínez, tía de Katherine, al conocer el deceso de su sobrina.

Los padres de Katherine, sus hijos, tíos y más de una decena de compañeros de trabajo aguardaron durante gran parte del día, esperando un parte médico para ver si ella soportaba las 48 horas críticas en este tipo de casos.

“Nunca esperamos esto, ella era una mujer alegre”, prosiguió diciendo su tía en medio del llanto.

Habló de su sobrina como una “buena hija, buena madre, buena sobrina, buena trabajadora, buena compañera”.

Del amor que Katherine tenía por sus dos hijos, reseña que “eran la vida de ella”. “Trabajaba para ellos, honradamente”, recuerda.

Agrega que su sobrina “le tenía amor al trabajo, llevaba una vida normal”.