Desde la cárcel 'La Tramacua' en Valledupar, Harold Echeverry, condenado a 47 años por el homicidio de la joven Michelle Dayana González, dio detalles de como fue el homicidio de la menor de 15 años. 

En entrevista con el programa 'El Rastro' del canal Caracol, el homicida habló abiertamente por primera vez del hecho que ocurrió el pasado 7 de diciembre del 2023 Día de Velitas. 

Echeverry se desempeñaba como vigilante de un taller de latonería y pintura en el barrio San Judas de Cali. Narra que la noche del suceso tuvo una discusión con la joven Michelle Dayana, a la que terminó asesinando.

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"Un golpe fatal", le cambió la vida en un segundo según l0 afirmado por Harold. 

“A mí se me tildó como el ‘monstruo de Cali’, por un homicidio que hubo allá, de tantos que hay. Empezó una discusión y ya, me dio (golpeó) con un destornillador de estrella y yo me defendí (agrediéndola) con una porra de latonería. Le pegué un golpe en la cabeza y ella cayó, empezó a convulsionar, fue horrible. El cerebro creo que salió, le salió algo blanco”.

El homicida por miedo a lo que descubrieran a la joven muerta, la desmembró y ocultó sus partes en canecas de pintura. 

“Yo esperé un tiempo, pero el miedo me puso a esconder el acto. Ella termina en una maleta. Dijeron que había sido con una pulidora, pero, la verdad de esa noche yo no tengo muy buenos recuerdos. Estaba desmembrada, pero no recuerdo que haya sido con eso”, añadió al relato. 

Dado que la menor de 15 años no aparecía, sus familiares comenzaron a llamarla y el teléfono de Michelle empezó a sonar. El homicida, quien se encontraba con el cuerpo sin vida de la niña se desesperó.

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“Esa decisión es algo que no debería haber pasado. La tomé por miedo, ver una persona muerta por una discusión, un segundo que me cambió la vida. Después empezó a sonar el celular de ella, creo que la estaban buscando, alguien llamaba insistentemente y yo me desesperé”, dijo.

La entrevista también sirvió para que Harold Echeverry le enviara un mensaje a la familia de la joven de 15 años, asesinada por él. 

 “No hay razón para hacer lo que hice. Es algo que me ha dolido. No tengo cómo pagar el daño a ellos. No tengo cómo devolver a la vida a esa persona. Que me perdonen, yo mismo le desearía la muerte a una persona que hiciera eso. Pero no es algo que se haya planeado. Quisiera ser yo el muerto. Dios juzgará, yo mismo me odio por eso”.