Un escándalo de corrupción a gran escala rodea por estos días a la Fiscalía General de la Nación, que investiga dentro de su propio círculo de fiscales y funcionarios el hurto de 10 lingotes de oro y 69 relojes de colección, incautados al presunto narcotraficante Carlos Felipe Toro, alias ‘Pipe Montoya’.

De acuerdo con un informe de Caracol Radio, los elementos fueron decomisados e incluidos en un proceso de extinción de dominio en 2019.

El caso de la desaparición de los elementos fue hecho público en septiembre de este año, cuando una fiscal de la Dirección Especializada de Extinción de Dominio reportó a la Unidad Anticorrupción que, al revisar el expediente de ‘Pipe Montoya’, encontró los faltantes e irregularidades.

Una de estas es que las capturas de Montoya y su esposa fueron declaradas ilegal por un juez, tras el operativo de allanamiento y decomiso de los lingotes de oro, la colección de relojes y $218 millones en efectivo.

Pese a esa declaratoria de ilegalidad, el entonces fiscal 35, Carlos Nicolás Sotomonte, (el mismo que utilizó falsos testigos en los casos de supuestos testaferros de las antiguas FARC) quedó a disposición de esa fortuna incautada, agrega el informe.

Dentro de la investigación que adelanta la misma Fiscalía se reportaron las siguientes anomalías: sobre los $218 millones no se constituyó título judicial ante el Banco Agrario, tal como debía hacerse.

Respecto a los 10 lingotes de oro, no se hizo dictamen de originalidad ni autenticidad y tampoco se constituyó título de custodia ante el Banco de la República.

Y sobre la colección de 69 relojes no se realizó el dictamen de originalidad, y tampoco se constituyó el depósito de custodia ante el Banco de la República.

“Desde hace un par de semanas, hemos contado y documentado la existencia de una presunta red de corrupción que estaría conformada por fiscales y policías de la DIJIN en Bogotá, y que estarían implicados en falsos positivos judiciales, que incluyen alteración de pruebas. Esos mismos funcionarios son investigados porque estarían implicados en la pérdida de la millonaria incautación”, publicó la cadena radial.

Para completar este entramado de corrupción, un año después de la incautación se practicó un peritaje que arrojó que ya no se trataba de 10 lingotes de oro, sino de latas pintadas de color oro.

Al detectar estas irregularidades, la Fiscalía consultó a la SAE para averiguar sobre el paradero de estos bienes.