Los acordes de 'Nadie es eterno en el mundo' y 'Amigo' resonaron por los laberínticos pasillos del cementerio Universal, en la mañana de este martes. Jóvenes uniformados y adultos entonaban la melodía de las canciones mientras despedían a Hermes Javier Manjarrez Páez, el adolescente que se ahogó en el río Magdalena.

El joven de 16 años había desaparecido el pasado miércoles 31 de mayo, a las 3 de la tarde, y su cuerpo apareció el pasado sábado 3 de junio, en las playas de Puerto Velero.

Manjarrez había llegado ese miércoles con un grupo de siete amigos del barrio La Chinita a la isla Pensilvania, debajo del puente Pumarejo, luego de haber salido de las prácticas que realizaba en el colegio donde cursaba 11 grado, la Institución Calixto Álvarez, en el barrio Las Nieves.

El grupo de adolescentes se lanzaban al cuerpo de agua y luego regresaban a la orilla del islote para volverse a tirar. Manjarrez subió a un árbol de mango que crece en la ribera y se lanzó al agua. Según el relato de sus amigos, el joven empezó a dar brazadas, pero al no saber nadar, la corriente submarina empezó a halarlo. Uno de sus acompañantes se tiró al agua en un intento por ayudarlo, pero al ser más bajo y delgado, Manjarrez casi lo arrastra, por lo que tuvo que abandonarlo.

Atrapado por la corriente, el joven salió a flote unas tres veces pero luego se perdió en el río. Ese mismo día, iniciaron las labores de búsqueda para dar con su paradero. La coordinación estuvo a cargo de la Defensa Civil y la Armada Nacional, que envió dos buzos profesionales para intentar encontrar al joven.

Un grupo de pescadores lo halló a 12 millas náuticas del balneario de Puerto Velero.

Sus compañeros y profesores recordaron a Hermes Javier Manjarrez Páez como un excelente estudiante, buen compañero y un joven muy inteligente.