El 7 llegaron a extorsionar, el 8 cerró el comerciante, el 9 y el 12 dispararon contra la tienda
El final de la tienda La Hormiga del barrio Chiquinquirá.
La extorsión en Barranquilla no ha dado tregua pese a los cambios en los mandos policiales y las diferentes "estrategias de seguridad" que cada semana anuncian las autoridades.
Ni las caravanas de seguridad, ni volantes invitando a denunciar el delito, ni los blindajes zonales, ni el desmantelamiento de carteles de los más buscados, ni los comandos situacionales, ni cambiando a los cabecillas de las cárceles hacen efecto contra la extorsión en Barranquilla.
El barrio Chiquinquirá, el mismo en donde el 24 de febrero de 2020, un Lunes de Carnaval, fue asesinado de dos disparos por extorsionistas el comerciante Gerardo Reyes Vega, de 58 años de edad, casi dos años después sigue siendo blanco de los extorsionistas. Reyes Vega era el propietario de la tienda La María, que estaba en la calle 41 número 30-94.
Hoy, por enésima vez, los comerciantes vuelven a reclamar acción de las autoridades pues la situación no ha cambiado nada desde la muerte de don Gerardo, "por el contrario, han empeorado", dijo uno consultado por Zona Cero.
La delincuencia sigue mandando en Chiquinquirá.
Ante la prensa los comerciantes cuentan sus testimonios, pero omiten sus nombres. "Nada de fotos y nada de cámaras", advierten cuando son abordados por los medios de comunicación.
Al arreciar las llamadas extorsivas en Barranquilla estrenando comandante de la Policía, las intimidaciones han ido en aumento y seis tiendas han sido cerradas en ese sector en los últimos dos meses. "Las autoridades no hacen nada", dicen.
Una de esas 6 tiendas cerradas es "La hormiga", ubicada en la esquina de la calle 44 con la carrera 27. A seis cuadras de la que fue la tienda de don Gerardo, que hace dos meses también cerró porque el comerciante que la había adquirido también estaba siendo extorsionado e impotente debió abandonar el negocio.
A la tienda "La Hormiga", que corrió la misma suerte, "el 7 de diciembre llegaron a amenazar, el 8 el comerciante cerró el establecimiento, y el 9 y el 12 la levantaron a tiros", dijo un habitante del sector. En las dos ocasiones los destrozos dentro del inmueble han sido enormes.
“En la noche, tipo once de la noche pasan y hacen los disparos a las esteras. Esos disparos traspasaron y afectaron una vitrinas y unas mercancías”.
Al pasar por la tienda, en efecto se ven los agujeros de los disparos en las cinco puertas de acceso por calle y carrera. Semeja a un inmueble en Kabul, arrasado por los talibanes.
Indagando sobre las víctimas de este nuevo caso de extorsión, encontramos que el negocio tenía más de 50 años de tradición en el barrio Chiquinquirá. Además que uno de sus propietarios fue el abuelo del directivo de Undeco, Orlando Jiménez que la adquirió cuando llegó a Barranquilla en la década del 70.
Las otras tiendas que han cerrado en Chiquinquirá estaban localizadas en la carrera 26 con la calle 39, en la carrera 33 con la calle 41 y en la 39 con 25.