Después de una leve contención de las extorsiones en Barranquilla, los comerciantes del barrio Los Ángeles I se encuentran sumidos en el temor, cerrando varias tiendas tras recibir amenazas de extorsionistas que llegan a sus negocios haciendo exigencias económicas.  

El reciente homicidio de Hernán Vásquez Ardila, de 35 años y conocido como el ‘Cacha’, ha dejado al descubierto la grave situación de inseguridad en esta zona del suroccidente de la ciudad. 

Las tiendas clausuran sus puertas al primer llamado extorsivo, ya que muchos comerciantes carecen de los recursos para responder a las pretensiones de estos delincuentes.

Hernán, cuya vida fue arrebatada por tres sicarios en moto la noche del martes 9 de enero, no pudo disfrutar de la casa que construyó con un año de arduo trabajo en su tienda.

“Es muy triste todo lo que ha pasado, Hernán trabajó muy duro para poder tener lo que quería. No pudo disfrutar de la casa que construyó al frente de la tienda y de unos apartamentos que mandó hacer con el esfuerzo de su trabajo”, expresó una vecina del sector. 

Otra habitante señaló que “ya se han cerrado varias tiendas en el barrio, aproximadamente 20 tiendas cerraron por intimidaciones”.

Ante la grave situación que vive el barrio Los Ángeles I, Orlando Jiménez, presidente Ejecutivo de Undeco en Atlántico, expresó su repudio ante este trágico suceso, solidarizándose con la familia de Hernán y exigiendo a las autoridades la captura de los responsables. 

Jiménez destacó que, a pesar de una disminución previa en los casos de extorsión, la reciente clausura de la tienda "La Mano de Dios" en la Ciudadela 20 de Julio ha reavivado el miedo entre los comerciantes.

En ese establecimiento comercial, llegó un sicario la pasada noche del lunes festivo y disparó contra una de las vitrinas. El tendero alcanzó a correr y refugiarse.

El comandante operativo de la Policía Metropolitana de Barranquilla, el coronel Dave Figueroa, anunció acciones para dar con los responsables y en coordinación con la Alcaldía distrital  ofrecieron una recompensa de hasta 15 millones de pesos por la identificación  y la captura de los autores del homicidio de Hernán Vásquez Ardila.

La extorsión, un flagelo que no deja vivir y dormir tranquilos a los barranquilleros.