Efraín Maldonado Palma, según reveló la Fiscalía en la audiencia de formulación de imputación, no era simplemente el gerente de tecnología que ascendió rápidamente en la Universidad Autónoma del Caribe, sino que pasó a ser uno de los más poderosos de la Alma Máter y pieza clave en la defraudación multimillonaria a la institución.

Tal era la confianza que, según se reveló en la audiencia de formulación de imputación, en esa carrera ascendente después de llegar a la Universidad en 2013 como "ingeniero coordinador de proyectos" y devengar un salario de $1.398.534 , llegó a ser Director de Sistemas en 2016 con una asignación mensual de $12.000.000.

En consideraciones de la Fiscalía, como representante legal suplente de la Autónoma, “el señor Efraín Maldonado Palma dispuso fraudulentamente de los bienes de la Universidad y contrajo obligaciones no autorizadas a cargo de la misma causando un perjuicio invaluable”.

Según el ente investigador, en su condición de representante legal, Maldonado “suscribió sin el lleno de los requisitos legales el pagaré de fecha 29 de abril de 2016 por 1.200 millones de pesos, posteriormente, el 19 de julio de 2016 suscribió un pagaré por valor de $396 millones, y el 29 de abril de 2016, suscribió otro pagaré por valor de 166 millones”.

Para la Fiscalía, Efraín Maldonado Palma se concertó con Ramsés Vargas, Jesús David Pantoja Mercado, Mariano Romero Ochoa, Pedro José Sierra, y otros, para optar por una reforma estatutaria que se presentó al Ministerio de Educación Nacional. Fue allí, con la reforma del estatuto orgánico, cuando arrancó la defraudación.

Al exgerente de tecnología de la Universdad Autónoma del Caribe, la Fiscalía le imputó los delitos de concierto para delinquir con fines de enriquecimiento ilícito, en concurso heterogéneo sucesivo con corrupción privada, administrativa desleal y falsedad en documento privado y amenaza a testigo.