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“Atomización” de bandas desmanteladas, otra línea de las extorsiones en Barranquilla

Comerciantes amenazan con protestas colectivas.

La ola de extorsiones al comercio de Barranquilla volvió en el segundo semestre de 2019 después de 6 años de una crisis similar en 2013.

Sin embargo en este 2022 se volvió a disparar la cifra de extorsiones. Así comenzó el año con un atentado  el 12 de enero en la carrera La Paz, en el centro de Barranquilla. Como consecuencia de ese acto criminal, 14 personas resultaron heridas.

En su momento las autoridades adoptaron algunas medidas, pero el problema no termina “hasta el punto de que muchos comerciantes han tenido que cerrar sus negocios, mal venderlos, arrendarlos, ponerles nuevo administrador, mudarse de barrio,buscando protección, buscando seguridad”, asegura Orlando Jimenez, Vicepresidente de Undeco.

El directivo gremial asegura que si en efecto “se han dado unos golpes donde se captura a cabecillas y a otros se les ha dado de baja”, la delincuencia persiste en su accionar. 

En un análisis que hacen los tenderos la extorsión no acaba porque  cuando hay capturas, “parece que el grupo se reorganiza”.

“Se atomiza y entonces de un grupo salen cuatro o cinco grupos y como ellos ya saben como es el modus operandi, salen a hacer lo que hacía su jefe, pero ahora con una estructura diferente”, añade.

El fenómeno de la extorsión se expande de esta manera no solo en Barranquilla, sino también  en Soledad, Malambo y Galapa.

Como característica de esta reorganización o atomización “hay más operatividad”.

Los tenderos exigen ante esta nueva escalada de la extorsión “más acciones del Gaula de Policía y el Ejército''. “Que haya más inteligencia, que haya más logística, que haya más recursos para contrarrestar este flagelo porque de lo contrario va a ser muy difícil. Pueden ser las mismas estructuras, alguien que fue capturado”, explicó el directivo de Undeco. 

No se descarta que este recrudecimiento de la extorsión “pueda ser también obra de la delincuencia común”.

Sin embargo, lo más preocupante para los comerciantes es que entre el 70 y el 80 por ciento de los comerciantes, no denuncia “porque tienen miedo, sienten temor, porque han sido intimidados o porque han sido amenazados para que no lo hagan”. 

“Al comerciante le da temor exponer su problemática”, anota.

Tras las estadísticas oficiales de las autoridades, Orlando Jiménez advierte que “es posible que el Estado no conozca a ciencia cierta los casos de extorsión porque solo se tiene en cuenta las denuncias”.

En medio del oscuro panorama de los tenderos y la incertidumbre que viven, los tenderos no descartan el cierre de los establecimientos y hagamos una gran manifestación para llamar la atención del Gobierno Nacional. 

 

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