A las 6 de la mañana seis kilómetros separaban a Héctor Carlos Boneu Cabrera del hombre que lo iba a asesinar. A medida que pasaban los minutos, el taxi en el que iba el agresor en compañía de dos policías se acercaba al lugar donde, sin que ninguno de los implicados en la muerte lo supiera, iba a ocurrir el homicidio.

El recorrido de la muerte inició en la mañana del pasado Jueves Santo, 13 de abril. De un bar en el barrio El Rosario, ubicado en la carrera 45 entre calles 44 y 45, partieron Deivis Valencia Contreras, John Jairo Coneo Guerrero y Luis Alberto Pérez Del Río a bordo de un taxi de placas TZK – 885.

Durante la noche del miércoles y la madrugada del jueves los tres hombres habían estado consumiendo licor, y cuando el sol despuntaba en el horizonte, decidieron ir a la casa de uno de ellos, en el barrio El Santuario.

Salieron a bordo del vehículo de servicio público y tomaron la calle Murillo. Cuando iban por la carrera 38, Pérez, que llevaba un arma sin papeles, decidió hacer un disparo al aire, pero se arrepintió. Valencia, que iba de copiloto, le dijo que le pasara el arma. Fue él quien hizo el tiro.

El viaje siguió sin contratiempos hasta la carrera 7H con calle 48 y se detuvieron en la casa de Valencia. Ahí, la mujer del hombre se habría opuesto a que se quedaran tomando en la casa. Al final, los tres amigos decidieron irse a la casa de Coneo, en el barrio El Limón.

Antes de partir, llegaron a dos tiendas para comprar licor pero no tenían dinero consigo y los dueños de los establecimientos no quisieron fiarles. Decidieron entonces irse del sector. Cuando iban por la carrera 7G con calle 48, el conductor del vehículo tuvo que frenar en seco para no atropellar a un hombre (Héctor Carlos Boneu Cabrera) que salía de su casa.

Con el susto, Héctor Boneu empezó a discutir con Valencia, quien lo amenazó con pegarle un tiro. Boneu le respondió que se lo pegara y se acercó hasta la ventanilla del copiloto. Valencia se controló y guardó el arma.

Boneu dio la vuelta al auto por la parte de atrás y siguió hacia su casa. El taxi continuó su marcha pero volvió a detenerse a los pocos metros. En el interior del vehículo Pérez y Coneo le pedían al taxista que regresara, que le iban a dar un “susto” al peatón. “Pásamela a mí que yo sí se lo pego”, afirmaba Coneo.

El conductor dio reversa y Coneo se bajó del auto con el arma. Caminó hasta donde estaba Boneu y le puso la pistola en el cuello, preguntándole “¿Quiéres que te pegue un tiro?”. La víctima sólo acertó a encogerse de hombros, amedrentado, mientras que desde el interior del vehículo Pérez fue el que respondió “pégaselo”.

Apenas escuchó la palabra, Coneo accionó el arma y le propinó un disparo mortal en el cuello a Boneu. El atacante subió al taxi y Pérez exclamó al conductor “dale tranquilo, que nadie vio nada”, como una forma de calmarlo.

El taxista arrancó y dejó a Coneo y a Valencia en la casa del primero. De ahí fue a un parqueadero conocido a guardar el carro. Pérez tomó otro vehículo y se fue. El taxista fue hasta donde una abogada amiga y le reveló todo lo sucedido.

El relato anterior hace parte de la reconstrucción que la Fiscalía ha hecho del caso de homicidio en el que están vinculados Deivis Valencia Contreras, subintendente de la Policía, el patrullero Luis Alberto Pérez Del Río, y John Jairo Coneo Guerrero, conocido con el alias de ‘El Boxeador’.

De los tres solo ha sido capturado Pérez, quien ya tuvo audiencia de legalización de captura, imputación de cargos y medida de aseguramiento por los delitos de homicidio agravado y porte ilegal de armas de fuego. El juez del despacho séptimo penal decidió enviarlo a la cárcel de Sabanalarga, para funcionarios públicos.

Por último, ‘El Boxeador’ tiene varios antecedentes en la base de datos criminales: tres procesos por arma de fuego de los años 2010 y 2014, dos por homicidio de 2009 y 2014 y otro por hurto.