UniAtlántico llama a empresarios, alcaldes y proveedores a donar tablets a estudiantes más necesitados
La plataforma está lista para clases virtuales, pero es alto el número de estudiantes con problemas de conectividad.
En la iniciativa del Gobierno Nacional de las clases virtuales por la emergencia sanitaria por el coronavirus, un cuello de botella aparece en la universidad pública: la conectividad.
A diferencias de otras universidades privadas que han reportado el desarrollo de las clases con más del 90 por ciento de los estudiantes, en la Universidad del Atlántico hay una gran dificultad.
Pese a que la plataforma de la Universidad está disponible y el personal de la alma mater ha trabajado con los profesores capacitándolos, la falta de conexión a internet en sus hogares, el no tener plan de datos o carecer de computadores en sus casa
“Frente a esta realidad de trabajo en casa por las TIC, la Universidad encuentra unas carencias o falta de herramientas tecnológicas en sus estudiantes”, aseguró Jorge Restrepo, rector de la Universidad del Atlántico.
Ante esta situación, el rector de la Universidad del Atlántico, propuso “una gran Tabletón”: “Consiste en solicitarle a los gobiernos locales, regionales, y nacional, el apoyo y la vinculación a través de donación de tablets, a la empresa privada y a todos los proveedores de la Universidad del Atlántico para regalar a estudiantes”.
Roger Sepúlveda Fernández, Coordinador del proyecto de virtualización, reveló que de los 22 mil estudiantes de pregrado matriculados en la Universidad, apenas 4.864 han respondido la encuesta que iniciaron hace 4 días. Estos para los expertos un indicador de la falta de conectividad.
De esos 4.864 estudiantes que han respondido la encuesta virtual que hace 4 días inició la Universidad se establece parcialmente que el 25 por ciento tiene dificultad de conectividad.
1.260 han respondido que no tienen conectividad o tienen conectividad de una o dos horas.
Otro dato grave señala que de los 4.864 encuestados, 398 no tiene dispositivo, ni tablet, ni internet.
Esa falta de conectividad obedece a que viven en barrios periféricos o en poblaciones en las que no llega el internet.