El sacerdote Roberto Rodríguez Padilla, párroco de la Iglesia de Chiquinquirá, muestra el recibo.
El sacerdote Roberto Rodríguez Padilla, párroco de la Iglesia de Chiquinquirá, muestra el recibo.
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Cristian Mercado

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Para Electricaribe "no puede brillar la luz perpetua": párroco a quien no le atienden reclamo de facturas por $11 y $5 millones

"No tienen perdón de Dios", dijo a Zona Cero.

El sacerdote Roberto Rodríguez Padilla, párroco de la Iglesia de Chiquinquirá, llegó de su natal Chocó hace cinco años y nunca imaginó que en Barranquilla, la 'Puerta de Oro', iba a encontrar semejante injusticia con los más pobres de manos de una empresa que en ese entonces manejaban españoles y dos años después, la Superintendencia de Servicios Públicos, que la intervino.

El Misionero Claretiano vive un vía crucis de once meses en los que ni la empresa Electricaribe ni el mismo ente que la vigila, la Superservicios, atiende sus reclamos.

Todo comenzó en noviembre de 2019 cuando le llegaron dos facturas por 15 y 5 millones de pesos. Así como se lee, dos facturas, dos injusticias de un mismo mes.

El sacerdote Roberto Rodríguez Padilla, párroco de la Iglesia de Chiquinquirá.

 

El religioso contó a Zona Cero que los conflictos con Electricaribe comenzaron cuando operarios de la empresa de energía llegaron a cambiar el medidor "porque estaba malo".

En efecto, "cambiaron el medidor y a los 8 días nos llegaron dos facturas, una por 11 millones 373 mil 40 pesos y otra por 5 millones 15 mil 550 pesos".

"Comenzamos a hacer los debidos reclamos, también apelamos a la Superintendencia de Servicios Públicos, y hasta este momento, no hemos encontrado ninguna respuesta ni de la empresa ni de la Superservicios", dijo el sacerdote Rodríguez.

Para colmo de males, contó el sacerdote, además de que no le solucionaban el reclamo "hace tres día vinieron diciendo que nos iban a cortar el servicio y yo les dije la van a tener que cortar porque eso está en reclamo y nosotros no tenemos con qué pagar".

El padre Rodríguez les decía a los subcontratistas de Electricaribe que era un atropello, pero el reclamo nunca fue atendido.

Le preguntamos, ¿padre, eso tiene perdón de Dios?, a lo que respondió categóricamente: "eso no tiene perdón de Dios, a las personas que actúan así no les va a ir bien, están abusando cometiendo atropellos contra la Iglesia, contra los pobres".

Ante la despedida de Electricaribe, que a la medianoche dejará de existir como empresa de servicio en la Costa Caribe, interrogamos al misionero claretiano sobre si tendrá "descanso eterno" y "brillaría la luz perpetua", el padre señaló: "para Electricaribe no puede brillar nada sino oscuridad porque eso es lo que ellos prestaron, eso es lo que dejaron durante los años que estuvieron operando acá: muerte y atropello".

"No puede brillar la luz donde hay injusticia, donde hay abuso, donde hay muerte", finalizó.

 

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