Asi se movilizan los habitantes de Montelíbano camino al colegio Antonio Nariño
Asi se movilizan los habitantes de Montelíbano camino al colegio Antonio Nariño.
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Cortesía Lucy Guerra

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¿Para cuándo las vías terciarias? Duro reclamo de una maestra de Montelíbano

Lucy Guerra narró el drama que vivió una madre con sus dos hijas que cayeron de una moto cuando iban al colegio por el pésimo estado de los caminos de acceso.

“Buenas tardes, seño Iba con las niñas para el colegio y nos caímos”.

El mensaje de una madre de familia a la docente de prescolar Lucy Guerra, de la Institución Educativa Antonio Nariño de Montelíbano, sur de Córdoba, le “arrugó el alma” a la “seño”.

La mujer le contó que el terreno fangoso por el que tienen que transitar, debido a la intensa ola invernal, hizo que perdiera el equilibrio y cayera con sus dos hijas, estudiantes de cuarto grado y prescolar.

La mayor se alcanzó a golpear una mano, la tiene hinchada, pero la menor cuando se percató de que su uniforme estaba lleno de barro, se puso fue a llorar de la tristeza.

No voy a ningún colegio”, le dijo la niña en tono airado a su mamá, mientras caminaba entre el terreno jabonoso en el que está convertida la vía de acceso a la zona Barranquillita, donde viven la niña con su familia.

Para Guerra Mendoza, que hace un año fue nombrada mediante concurso docente, este percance triste no es más que el reflejo de la realidad y del abandono que padecen los niños de este sector del Departamento de Córdoba.

“¿Para cuándo las vías terciarias?”, preguntó a manera de reclamo en su cuenta de Twitter, en la que además publicó la foto de su alumna de 5 años totalmente llena de barro.

Las denuncias de la maestra provocaron más de 14.000 ‘Me Gusta’ y 5.500 ‘retuits’, de personas que además querían apoyar a la niña y a su familia.

"No es justo ¿Cómo está la niña? Ya la vió un médico? Necesita medicamentos?", le preguntó @pastoracorrupta, en tanto que @jotapao22 sugirió que la docente compartiera el número de su Nequi para apoyarla.

 

La foto de una de las niñas que cayó de la moto cuando iba para el colegio.

En cuestión de horas,  la maestra recibió decenas de mensajes en los que le pedían el número de su cuenta de ahorros para transferirle.

“Con lo que me han enviado compraré mercados para los 13 niños de prescolar, además de impermeables y madera para construir unos juegos infantiles con ayuda de los padres”, contó emocionada en entrevista para Zona Cero.

De las ayudas menciona la de un ciudadano que la contactó desde Estados Unidos y de otras dos señoras de Ecuador.

La docente asegura que teniendo en cuenta que el mal estado de las vías tiene “atrapados” en sus casas a miles de niños y a sus familias, lo ideal es comprarles alimentos.

Si van en mototaxi hasta Montelíbano el viaje de ida y vuelta les cuesta 30.000 pesos, es demasiado para una población tan pobre”, añade.

Sin  embargo, destaca que en medio de múltiples necesidades los padres de familia hacen su mayor esfuerzo para comprarles el uniforme y los materiales que requieren sus hijos.

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Así permanecen las vías de acceso a la IE Antonio Nariño en la ola invernal.

Del estado de las vías, queja que ha sido muy frecuente al igual que los problemas de energía y de cobertura de internet, recordó que el alcalde de Montelíbano, José David Cura Buelvas, los visitó en el colegio a finales del año pasado para anunciarles que el proyecto de pavimentar una de las dos vías de acceso se hará realidad en las próximas semanas.

Ese día también prometió que la administración haría reparaciones locativas al plantel, y así ocurrió, dice la maestra.

Cuando no van a clases porque llueve, los docentes estamos muy pendientes y los llamamos a los celulares para dictarles el compromiso escolar. Nuestro colegio siempre ha sacado las mejores pruebas Icfes”, añade.

Seño, ha llovido toda la mañana, no creo que tampoco vaya hoy”, fue el mensaje que recibió de esta misma madre de familia el viernes pasado, un día después de que sufrieran la aparatosa caída en la motocicleta.

La Alcaldía de Montelibano adecuó varios salones y otras áreas de la institución.

Cuando eso ocurre, siempre les recomienda quedarse en casa. “Prefiero que no vengan un día a estar ausentes una semana o más por un accidente”, dice la profesora, mientras ella y el resto de docentes aguarda a que empiecen las obras en la vía para disminuir el alto ausentismo cada vez que llueve.

Es la única manera de evitar esos mensajes de excusa que a la docente “le arrugan al alma”.

 

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