El Papa Francisco fue recibido en la Nunciatura Apostólica en Bogotá por un grupo de jóvenes y niños rehabilitados por la Fundación Javier de Nicoló.

“Miramos nuestro futuro cantando, danzando y sonriendo. Gracias por detenerse ante este parche de jóvenes, lo cual siempre quedará en nuestras mentes”, dijo una joven dirigiéndose a Su Santidad luego que el grupo bailó diferentes aires musicales.

Otro joven se dirigió al Papa Francisco para indicarle que “algunos terminamos siendo presos de quienes se lucran de nuestras debilidades. Pero somos seres humanos que podemos servir”, destacando la obra del Padre Javier De Nicoló que contribuyó para sacarlos de la calle en la controvertida zona bogotana, rehabilitarlos y brindarles nuevas oportunidades de vida.

Enseguida le entregaron al Papa tres regalos, entre ellos una ruana “para defenderse del frío” y un vitral “para que recuerde a estos jóvenes que creen y confían en usted”.

El Papa se mostró emocionado y luego les dirigió unas palabras.

“Muchas gracias. No se dejen robar la alegría, que nadie se las robe. Que nadie los engañe. No se dejen robar la esperanza”, les señaló.

“¿Les puedo pedir un favor?”, les pregunto. Ante la respuesta afirmativa, replicó: “Que recen por mí”.

El Papa también les entregó pequeños obsequios.