El área de talento humano de la Cancillería de la República, ministerio a cargo del conservador, Álvaro Leyva Durán, dio a conocer entre los funcionarios de esa dependencia lo que sería una cartilla en la que establece parámetros de presentación y vestuario para desempeñarse en los cargos.

Lo que han llamado el ‘código de presentación’, es una cartilla de 16 páginas que ha despertado gran controversia no solo en la Cancillería sino en otras dependencias de la Presidencia de la República, y en medios sociales y políticos del país.

El documento prohíbe en todos los casos el uso de zapatos tenis para los funcionarios de ese ministerio.

En cuanto a las mujeres que prestan servicio allí, les ordena que deben llevar puesto y que no para las reuniones formales y casuales de negocios.

La intención, según esta dependencia del Gobierno Nacional, es "transmitir seriedad".

“Es nuestro deber proyectar una imagen seria, profesional, y acorde con la misión, visión y los objetivos institucionales”, dice un aparte de la cartilla.

También se restringe el uso de prendas como jeans rotos, descaderados y escotes pronunciados; además faldas cortas y maquillaje fuerte.

La guía de la Cancillería igualmente prohíbe a los funcionarios el uso de tenis.

En cuanto a la ropa deberán llevar un tipo de tela específico, de acuerdo con el tipo de reunión.

“El Ministerio de Relaciones Exteriores promueve los intereses nacionales en el exterior (....) por esta razón la presentación personal no puede estar acompañada de ropa informal (como los tenis) en las instalaciones del Ministerio".

Solo los viernes se recomienda una vestimenta más informal, pero con marcadas restricciones.

Hasta el momento no se conoce el pronunciamiento del canciller Álvaro Leyva Durán sobre este código que ha despertado desde ya una gran controversia.

Para algunos ciudadanos es coartar el derecho al libre desarrollo de la personalidad, y para otros resulta una eficaz manera de proyectar una imagen gubernamental más sólida.

Asimismo recordaron el inicio del nuevo gobierno que desató una polémica con el tema de la vestimenta,  protagonizada esa vez por la titular de la cartera de Minas, Irene Vélez, que recibió a su homóloga española calzando tenis.