Murió la tití pielroja que había sido rescatada en Turbaco, Bolívar, por una joven que iba viajando a Cartagena y alertó a las autoridades de su estado de salud.

"La condiciones en las que la tití llegó al CAV del Área Metropolitana del Valle de Aburrá eran deplorables: no podía caminar, padecía raquitismo, sufría de un prolapso rectal, tenía malformaciones óseas en extremidades inferiores y exteriores, y estaba tan desnutrida que fue imposible tomarle muestras de sangre", informó este martes el Área Metropolitana del Valle de Aburrá.

Según explicaron "el personal del CAV, liderado por la médica veterinaria Marcela Ramírez, le prestó a la pielroja cuidados urgentes como analgésicos, anti-inflamatorios, nebulizaciones y alimentación por sonda. Toda la infraestructura y la tecnología del lugar estuvieron a su servicio pero, desafortunadamente, no fueron suficientes: la tití murió a las 11:00 a.m. del sábado pasado por un paro cardiorrespiratorio producto de una falla sistémica".

Este hecho fue revelado por la joven a un concejal de Medellín, Álvaro Múnera, quien alertó a las autoridades y mediante un trabajo articulado lograron desde la capital de Bolívar trasladar el animal, el jueves pasado, al Centro de Atención y Valoración de Fauna - CAV, en Barbosa (Antioquia),  gracias a los  grupos animalistas de Cartagena, la Corporación Autónoma Regional del Canal del Dique – Cardique, la Policía Nacional, Avianca y el Área Metropolitana del Valle de Aburrá.

“Por cada animal que se muere, especialmente tratándose de hembras, hay muchos individuos que dejaron de nacer. Esto hace que la fauna silvestre esté cada vez más amenazada de extinción”, aseguró la médica veterinaria Marcela Ramírez.

Se estima que el 80% de los animales víctimas del tráfico ilegal de fauna silvestre mueren en cautiverio; sin embargo, de los individuos que llegan al Centro de Atención y Valoración de Fauna –CAV  del Área Metropolitana, solo el 8% mueren a causa de los maltratos y de los traumatismos por alimento que sufren en el cautiverio al que son sometidos por las personas. En el CAV se logra salvar la vida del 92% de la fauna silvestre que ingresa.