Monumento artístico de Diana Escorcia ganó Concurso Ventana al Mundo de Tecnoglass
Se construirá en la rotonda de la Circunvalar con la Vía 40.
Después de 16 días de trabajo continuo y valiéndose de todos los conocimientos aplicados, producto de 21 años de experiencia trabajando con diseñadores colombianos y del exterior, Diana Teresita Escorcia Borelly resultó ganadora, entre 83 otros participantes, del concurso de arte público “Ventana al mundo de Tecnoglass”.
Esta iniciativa fue liderada por el Grupo Tecnoglass, de la mano con la Sociedad Colombiana de Arquitectos – Regional Atlántico, y con el apoyo de la Alcaldía de Barranquilla, haciendo posible que en los próximos meses la ciudad cuente con este gran monumento en la rotonda de la avenida circunvalar, contigua al complejo industrial del Grupo Tecnoglass.
Este resultado se dio tras realizar una encuesta abierta, publicada en las redes sociales del Grupo Tecnoglass, donde votaron un total de 2,941 personas. Los cinco miembros del jurado escogieron una propuesta que recibió mención especial por su trabajo, diseño y complejidad, cinco menciones de honor y dos obras finalistas. La preferida por el público fue el monumento propuesto por Diana, una joven barranquillera, emprendedora y talentosa.
“Esta obra estuvo entre las dos finalistas porque representa el espíritu del concurso, que es mostrar que Barranquilla es la ventana de Colombia al mundo y porque el proyecto incorpora nuestra identidad al usar los colores y lenguaje adecuado. Su propuesta plástica y estética es modernista y va de acuerdo al camino que está tomando la ciudad hacia el progreso industrial y cultural,” explica Stephan Chahin, arquitecto del Grupo Tecnoglass y miembro del jurado calificador.
“La explicación conceptual del artista tiene unas bases que reafirman lo que la obra transmite y aquello es evidente en la propuesta presentada” concluye.
La otra propuesta finalista fue remitida por Carlos Hernando Reyes y Andrés Felipe Cardona Reyes desde Bogotá.
La obra de los capitalinos también fue preseleccionada por el jurado, al ser una excelente representación de Barranquilla, específicamente del colorido y el movimiento del carnaval. Inspirada en las cintas de la danza del torito, que al moverse se entorchan una a otras, de donde sale la formación de las dos espirales entrelazadas que se pueden apreciar en la propuesta.
Detrás de la Artista
Diana es arquitecta, egresada de la Universidad Autónoma del Caribe en el año 1999 y cuenta con una especialización en Visualización Arquitectónica de la Universidad de Buenos Aires del mismo año.
A través de Ga Estudio, empresa constituida en 1997, se dedica al diseño y visualización de proyectos arquitectónicos. La arquitecta se inspiró tras ver una entrevista realizada a Christian Daes, COO del Grupo Tecnoglass, donde explicaba su punto de vista acerca del proyecto: “me sentí conectada con sus criterios, con su visión acerca de la transformación de Barranquilla y de exponerla como una ventana al mundo. Desde ese momento me imagine una ventana en un punto alto, sostenida por algo que representara la transformación actual de la ciudad”.
Valiéndose de dos grandes elementos: una plazoleta principalmente en concreto y losetas de cemento y un monumento en aluminio y vidrio, dio vida a este maravilloso diseño que decorará orgulloso la rotonda de la circunvalar.
“La plazoleta simboliza nuestro territorio y sus principales componentes; rio, mar, ciudad, bocas de ceniza. El monumento simboliza la cultura y la industria de barranquilla, fusionándose, enmarcando la ventana al mundo”, explica la arquitecta.
Acerca del proceso creativo
Al preguntarle por el proceso de construcción de la propuesta indicó que el primer paso fue sentarse con su equipo de trabajo y hacer una lluvia de ideas sobre cuáles eran los ejes de la transformación de Barranquilla.
Hablaron del Carnaval, historia, cultura, industria, tecnología y arte, pero identificaron que necesitaban resumir con dos grandes elementos, que finalmente fueron cultura e industria, y que durante el proceso tuvieron formas diferentes.
“La ventana se concibió en principio como un elemento de transición peatonal, pero fue necesario subirla lo más alto posible para que fuera icónica. Adicionalmente necesitábamos transmitirle algo más al observador; una ventana sostenida por dos grandes columnas podría resultar muy abstracto,” comenta Escorcia. Fue entonces cuando decidieron introducir la galería en sus bases, y así surgió la idea de la línea de tiempo con la historia gráfica de Barranquilla, para que el observador entendiera un poco la transformación de la ciudad.
Cuando el monumento tomó forma, al tener los tres elementos en su lugar, empezaron a analizar estructuralmente la obra, pues el criterio de que fuese un volumen creciendo de abajo hacia arriba lo hacía lucir demasiado inestable. Fue así como de la mano con su esposo, Luis Zuluaga, ingeniero civil, se analizó la estructura interna y se adecuaron los volúmenes a las posibilidades de sostenerlos. Paralelamente a la porción estructural se revisaron los manuales de Tecnoglass para escoger las especificaciones de vidrio y aluminio adecuadas para la propuesta.
“Luego solucionamos la rotonda, pues no queríamos dejar por fuera los factores geográficos de Barranquilla, que han sido cómplices de su transformación, y después de proponer varios trazados y componentes, logramos esquematizar muy básicamente al río, el mar, la urbe y bocas de ceniza,” afirma Escorcia. Por último se estudiaron los colores, haciendo un sin fin de combinaciones, pero solo la última, la que incluía rojo, amarillo y la ventana verde, fue la que les dio el contraste ideal con el entorno, tanto de altura de observador como a vuelo de pájaro.
Al hablar de la viabilidad del proyecto, Diana comenta: “como arquitecta tengo la inevitable tendencia a ser soñadora y salirme a menudo de las posibilidades reales. Sin embargo, tengo la suerte de haberme casado con un ingeniero civil, que ha sido siempre mi asesor y mi pista de aterrizaje y gracias a su asesoría, siempre logramos diseños viables.”
La ventana de Barranquilla al mundo
Este será un monumento que convocará e identificará a los barranquilleros y con ese sueño fue que se inspiró Diana.
“Creo que su acogida puede llegar a ser mucho mayor de lo esperado. Esta obra está diseñada para atraer. Se estudiaron las posibles sensaciones del observador, desde el momento en que la ves de lejos, la necesidad de darle la vuelta (por no ser simétrica), para poderla captar tridimensionalmente y el deseo de estar adentro y mirar hacia arriba, tocar esos materiales. Estoy segura que si se construye, todos van a querer estar allí”, explica emocionada la arquitecta.
Barranquilla es una ciudad con un desarrollo cultural privilegiado; con un motor propio.
“Más que el desarrollo cultural, creo que la obra hace un aporte con su intención de inspirar la fusión entre los sectores, nos está mostrando que juntos podemos ser más: que nuestro desarrollo debe ser cultural, industrial y tecnológico, inspirados siempre en la nuestra historia para poder seguirla escribiendo con orgullo”, explica la ganadora del concurso.
“Creo que es un acierto este tipo de iniciativas, pues canalizan muchos talentos que a veces están ocultos o sin oportunidad, y se abren puertas en ambas direcciones pues resultan beneficiados los que convocan y los que participan. Creo que esta iniciativa es una muestra del dinamismo de la ciudad y que tenemos líderes con una visión clara de cuál es el camino para seguir avanzando por la ruta correcta".