El presidente de la Asociación Colombiana de Ingenieros (ACIEM), Daniel Enrique Medina, hizo algunas críticas a las medidas que ha anunciado la CREG para promover el ahorro de energía en Colombia.

Según Medina, no hay claridad sobre los beneficios para los usuarios y también recomendó un mayor análisis para las variables de consumo.

"La regulación fija castigos altos a los usuarios, no da claridad para quienes ahorren y requiere mayor análisis de las diferencias de capacidad de ahorro y las variables de consumo para las regiones de zonas cálidas, en especial, las zonas Caribe, Pacífico y Valle del Cauca”, dijo el presidente de ACIEM.

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En opinión de ACIEM, podría ocurrir que los usuarios que ahorren reciban escasos beneficios, si muy pocos exceden sus consumos de electricidad. “Esta situación llevaría a una desmotivación de los ciudadanos que lograron ahorrar y no vean beneficios, perdiendo fuerza el cambio de hábitos de consumo, en contra del propósito de la regulación”, agregó Medina.

El presidente de la asociación de ingenieros también recalcó que es necesario que el Gobierno Nacional lidere una intensa campaña de ahorro con resultados de corto plazo.

“La meta del 10% de reducción del consumo de energía establecida para el país por la Unidad de Planeación Minero-Energética (UPME) a 2030, no se viene cumpliendo y, por el contrario, el crecimiento en el consumo ha sido de doble dígito. Se requiere entonces dar prioridad al cambio de hábitos en el consumo, tanto si se quiere garantizar un servicio confiable, como la reducción de gases de efecto invernadero, compromiso de Colombia”.

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¿Cuáles son las preocupaciones que expone Aciem?

-Existe gran incertidumbre en el monto real que se pueda obtener por penalizaciones, ya que precisamente se busca obtener ahorros en el consumo.

-Si el monto anterior es bajo, el beneficio percibido sería casi nulo para aquellos usuarios que sí ahorraron, con el consecuente efecto negativo en los ciudadanos que presentan buenos cambios de hábitos.

-No existe diferenciación en la distribución de los posibles beneficios monetarios entre zonas con altas temperaturas (que son las que más crecimiento del consumo están presentando) y zonas frías del país, que pueden tener diferente capacidad de ahorro de energía en contextos distintos.