La historia de Miguel Reyes inspiró la novela del Nobel Gabriel García Márquez.
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Hansel Vásquez.

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Lo de ‘Santiago Nasar’ fue atroz, no merecía morir: ‘Bayardo San Román’

Si 'Angela Vicario'me dice la verdad, estuviera viviendo conmigo, asegura el personaje de 'Crónica de una muerte anunciada'.

A sus 93 años de edad, Bayardo San Román mantiene lúcida la memoria y recuerda con gran precisión los hechos que generaron en la muerte de Santiago Nasar, el trágico episodio que el Nobel Gabriel García Márquez llevó a la literatura universal en Crónica de una muerte anunciada.

Hoy, 64 años después de registrado el hecho en Sucre (Sucre), Miguel Reyes Palencia, su nombre de pila, afirma que el homicidio de Cayetano Gentile Chimento, la verdadera identidad de Santiago Nasar, fue una precipitud de los hermanos Víctor y Joaquín Chica Salas, representados en la novela por Pedro y Pablo Vicario, bajo el pretexto de defender el honor familiar ofendido en la hermana de estos, Angela Vicario o, Margarita Chica Salas, en la vida real.

"Santiago Nasar no merecía morir. Me dolió mucho su muerte. Fue un crimen atroz", asegura Reyes Palencia al refrescar el acontecimiento.

Cayetano Gentile hizo parte del grupo de "pelaos" que crecieron juntos en el pueblo, pateando bola e trapo, volando cometas, cogiendo guayabas en el monte, cazando iguanas, refiriendo chistes,recurriendo a las burras para calmar las urgencias juveniles y hasta jugando a los toros en los patios ajenos. En este último, unos hacían de manteros y otros de toros y cobraban la entrada por la "corrida", la cual era pagada con botones.

Además de Reyes y Gentile, del grupo también hicieron parte Gabriel García Márquez, José Palencia, Ángel Casij, Wenceslao Cabrales, Raúl Puentes, Everardo Vega, Roque Bustos, Marcel Mattieu, Diógenes Jiménez, Luis Carlos Daza y Miguel Villamil, entre otros.

De Gabriel García Márquez recuerda que "él cayó en Aracataca y a los 5 años a su papá lo nombraron telegrafista del pueblo y se fue con toda la familia para Sucre (Sucre) y allí se hizo al grupo de muchachos. Allí fuimos creciendo, en la escuela, haciendo maldades de pelaos y poco a poco cada uno se fue perfilando en sus actividades".

La muerte de Santiago Nasar fue planeada para defender el honor de la familia.

"Eramos amigos común y corriente. Nos poníamos apodos, peleábamos. El cayó en Aracataca, pero se formó en el pueblo de Sucre, donde estudió en la escuela pública Joaquin Meza. Aracataca no tiene nada que ver en la vida de él. A los 5 años llegó a Sucre y se incorporó a los amigos de pelaos, donde se da su formación, pero nunca mencionan a Sucre. Era una verdadera convivencia de pelaos", manifiesta Reyes Palencia al rememorar la inolvidable época vivida en la calle Congoveo, en esa población.

Por su parte, Cayetano Gentile o Santiago Nasar fue acusado por Margarita (Angela Vicario) de haberle quitado la virginidad, hecho que el propio Bayardo San Román (Miguel Reyes) le descubrió la misma noche de bodas.

"Cuando entré en acción le dije: tú estás rota, puta e' mierda. Penetré y saqué enseguida, con tanta experiencia que tenía me di cuenta. Y como esto es tumbando y capando, enseguida la devolví a su familia", recuerda lo sucedido esa noche cuando decidió dirigirse a la calle Zulia, donde residía Angela Vicario.

"Si ella me dice la verdad quizás aquí estuviese conmigo", asegura.

Esta historia de la vida real es la que narra Gabriel García Márquez, en el marco de su "realismo mágico", con nombres de los protagonistas que fueron puestos "por caprichos del escritor".

La historia amorosa de Miguel Reyes se desarrollo en Sucre - Sucre.

Sin embargo, "Gabriel García Márquez no se internó mucho en la gestación del matrimonio, que tuvo sus consecuencias", asegura.

El hecho le hizo perderle sabor a la vida, "pero tenía que echar pa lante". Así, decidió irse del pueblo, contrajo nupcias de cuya unión tuvo 12 hijos. Su actividad se concentró en la ganadería y la venta de seguros, vinculado a entidades como la Grancolombiana y Colseguros.

Al fallecer su esposa, recibió la visita de Margarita (Angela Vicario) para darle el pésame. "Me dijo que seguía enamorada de mí, que estaba arrepentida y culpó a la mamá (Hermelinda Salas) de haberme engañado. Me dijo que no me quiso decir nada porque su mamá no la dejó. Que la mamá le dijo que me jugara sucio".

Tras la muerte de su esposa, se apartó de la venta de seguros y sus hijos lo llevaron a Nueva York. "Allá duré 9 años trabajando en un parque, barriendo con una escoba y una pala". En esa oportunidad un abogado quiso ridiculizarlo con su trabajo y Reyes le replicó: "como abogado tu no ganas lo que yo gano en el parque".

Recordando la amistad con Gabriel García Márquez.

García Márquez se había quedado en el pueblo, enamorado de Mercedes y luego se trasladó a Barranquilla, escribiendo para periódicos de esta ciudad y Cartagena, para más tarde desplazarse hacia Bogotá, ejerciendo plenamente el periodismo.

Miguel Reyes también puso en práctica sus dotes de escritor. "Después de viejo se me dio por escribir", dijo reseñando sus obras "Yo", que es el pasaje de toda su vida; "La verdad", para contrarrestar la verdadera historia con Angela Vicario; "Cómo vender seguros" y actualmente perfecciona una recolección de chistes, refranes y cuentos cortos.

Pese a su "convivencia de pelao" con García Márquez y a la amistad que siguió después, lamenta que el Nobel se hubiese vuelto "achepetoso". Una vez que Gabo vino a Barranquilla, Reyes fue a saludarlo. "¿Quién carajo eres tú? Me dijo. ¿Cómo, no me conoces? soy Miguel". Al quedar con la mano estirada, desde ese momento no le habló más nunca al escritor.

Miguel Reyes hoy tiene una vida tranquila. No aparenta los 93 años de edad. Realiza sus actividades de manera normal. Tiene una lucidez envidiable y por eso no vacila en decir que "espero arrancar para otros 93 años".

En su vivienda, revisando su biblioteca particular.

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