Después del grave accidente que vivió en el puente de la calle 30 el pasado 31 de mayo, tragedia que le costó la vida a las cuatro personas que la acompañaban en un Chevrolet Sprint rojo, Brenda De las Salas Jiménez debió regresar al trabajo tres meses después.

Para Brenda salir de su casa no fue sencillo, pero el hecho de tener que volver a circular por el mismo puente donde estuvo cerca de la muerte, revive la que fue su peor pesadilla en sus 35 años de vida.

"Cuando tuve que volver al trabajo, que no me sentía lista para hacerlo, no tenía que pasar por el puente, porque estaba cerrado, pero nada más de pensar en montarme en un carro, un bus y pasar cerca, era transportarme a lo que había pasado", explicó Brenda a Zona Cero.

Pero la necesidad de salir adelante y conseguir dinero para que la familia no sufriera económicamente la impulsó a volver al trabajo, a pesar de los miedos. Además, era necesario conseguir los recursos para poder costearse el transporte a las terapias, porque esto ya le había costado perderse varias sesiones. 

"Siempre temía lo peor, si iba en un bus pensaba que me iba a estrellar, tenía ese miedo, nunca se me venía nada bueno. Fue duro poder hacer el recorrido, adaptarme nuevamente al trabajo", señaló. 

La reapertura del puente

El 19 de octubre Invías dio el 'Ok' para que el puente de la 30 sea utilizado por los vehículos para movilizarse, lo que generó que sus miedos aumentaran.

"Sabía que en algún momento tenía que volver a pasar por ese puente y sabía que se me iban a venir nuevamente todas las imágenes de ese momento. No he podido abrir mis ojos y enfrentar ese miedo que todavía tengo", expuso.

Cuando habla del puente, las manos de Brenda se mueven más de lo usual y su voz entrecortada denota el miedo que se aloja en su ser. Y ver en su celular los memes, chistes o comentarios que hacen las personas de lo que significa pasar por este puente no le hace justicia al terror que la embarga. 

"He pasado tres veces y las tres veces he pasado con los ojos cerrados, he llorado", admite De las Salas.

Brenda es una de las tres personas que sobrevivió a este incidente. Es la única que quedó con vida del carro en que se transportaba aquella madrugada.

Han pasado prácticamente cinco meses desde ese día y Brenda aún busca encontrarse, porque admite, sobre todo en lo físico, que no es la misma. 

"Todavía cojeo, no camino perfectamente y hay muchas cosas que no puedo hacer. No me puedo agachar bien, no me puedo doblar, cargar a mis hijas y eso es lo más duro, porque soy su mamá y claro que quiero cargarlas, quiero jugar con ellas y hacer todo eso que unas niñas de cuatro años y un año y ocho meses quieren".