Una grave situación fue denunciada por un paciente, a quien le diagnosticaron la necesidad de practicarle tres intervenciones quirúrgicas, de las cuales apenas le autorizaron dos y finalmente le realizaron una que no correspondía a su cuadro clínico.

La víctima de este hecho es el abogado Carlos Guzmán Romero, quien responsabiliza de la situación a Yepes Restrepo & Cía S. en C. (Clínica Yepes Porto), en cabeza de Alfonso Yepes Rubiano.

Guzmán Romero relató que a principios del año 2019, “confiando plenamente en la larga experiencia y trayectoria del Dr. Alfonso Yepes Rubiano”, acudió a su consultorio por problemas de ronquido y un poco de dificultad al respirar. 

“Para estar más seguro”, Yepes Rubiano le ordenó una Tomografía computada de senos paranasales, la cual le fue practicada el 23 de abril de 2019, en Sabbag Radiólogos, la cual arrojó el siguiente resultado: “1) Quistes de retención submucosos en el seno en el seno maxilar derecho y en celdilla etmoidal derecha y mínimo engrosamiento mucoso del seno maxilar izquierdo. 2) Septo desviación nasal. 3) Aumento del volumen de los cornetes inferiores”. 

Luego, el 30 de abril, con los resultados de esta Tomografía, acudió nuevamente al consultorio de Alfonso Yepes Rubiano, confirmando el diagnóstico: Desviación de Tabique Nasal, Hipertrofia de los 2 cornetes y unos quistes de retención seno maxilar. 

Así, el paso a seguir era realizar los procedimientos quirúrgicos, para lo cual el doctor Yepes Rubiano le ordenó la valoración por medicina interna y un electrocardiograma, como efectivamente hizo.

En esa consulta del 30 de abril, Yepes Rubiano expidió la “Solicitud autorización de cirugía” para 2 procedimientos únicamente: a) Maxiloetmoidectomia y, b) Turbinoplastia Endoscopia Bilateral.

El procedimiento quirúrgico le fue practicado el 10 de junio siguiente.

“El mismo día del procedimiento, al darme de alta, las palabras del Dr. Yepes Rubiano fueron más o menos las siguientes: “Carlos, todo salió perfecto, los cornetes bien, la corrección de la desviación bien y la extracción de los quistes nasales bien. De ahora adelante, vas a sentir un gran alivio al respirar”. Incluso, me dijo algo que nunca lo olvidaré: “Carlos, la desviación que tenías era muy grande, me imagino que el golpe que recibiste cuando niño jugando fútbol fue muy fuerte”. Lo digo porque, nunca he jugado fútbol. Pero más que esto, el comentario del Dr. Yepes Rubiano reafirmaba el engaño del que fui víctima, pues jamás me operó de la desviación, lo que el Dr. Yepes Rubiano me practicó fue una extirpación TOTAL de los cornetes inferiores”, señaló Carlos Guzmán Romero. 

Sostiene que tras la intervención quirúrgica el postoperatorio fue traumático: “a) Sangrado abundante por la nariz b) En dos ocasiones tuve que acudir a la Urgencia de la Clínica del Caribe para que me atendieran. c) Las dos “platinas” que el Dr. Yepes Rubiano me implantó en la operación tuve que tenerlas por un tiempo mayor al estimado. A mes y medio aproximadamente del procedimiento quirúrgico efectuado, empecé a sentir molestias entre la nariz y la garganta. Sentía una especie de obstrucción. Me encontraba acostado en mi alcoba, cuando sentí que algo bajaba por mi garganta, salí corriendo para el baño, y sorpresa, expulsé una cosa dura en el centro pero revestida de moco, de unos 5 cms de largo y 1 cm de ancho aproximadamente. Algo extremadamente asqueroso. Pasado un mes aproximadamente de este suceso (y a casi 3 meses de haberme practicado el procedimiento quirúrgico) volví a sentir el mismo síntoma (molestias entre la nariz y la garganta)”. 

Preocupado por esta situación decidió buscar concepto de otro médico, acudiendo a Eparquio González. “Sin haberle revelado quién me había practicado mis cirugías, el Dr. Eparquio conceptuó: “Tienes Desviación de Tabique, y estas recién operado de los cornetes, pero tienes un problema, y es que te los extirparon, en vez de habértelos reducido”. 

En ese momento, Carlos Guzmán Romero se llevó dos sorpresas: “El Dr. Yepes Rubiano no me operó de la desviación del tabique como siempre me lo dijo, y los cornetes, me los extirpó 100%. Como no podía creer lo que me estaba sucediendo, acudí a otro especialista, el Dr. Antonio Ballestas. Hice lo mismo que hice con el Dr. Eparquio, no revele el nombre del Dr. Yepes Rubiano, sino que le pedí simplemente que me examinara. Su diagnóstico fue: “Carlos, tienes una desviación de Tabique, y te extirparon todos los cornetes, lo cual es irreversible”. Es decir, tanto el Doctor Eparquio González como el Doctor Ballestas, coincidieron en lo que me estaba pasando. En esa misma consulta con el Dr. Ballestas, me extrajo una costra o moco con las mismas dimensiones del que me había salido un mes atrás (5 cms de largo y 1 cm de ancho aproximadamente)”.

Sorprendido por lo que le estaba sucediendo, le solicitó a Antonio Ballestas que le ordenara una Tomografía o Tac de Senos Paranasales, la cual se le hizo en Radiologos Asociados con el siguiente resultado:

“No podía creer lo que arrojaba el resultado. Seguía efectivamente con la desviación del tabique, y tenía un “probable quiste de retencion”, lo cual, por el poco tiempo transcurrido de la cirugía, era poco probable que se tratara de uno nuevo. Y efectivamente, también la Tomografía confirma la “ausencia de los cornetes inferiores en relación a antecedentes quirúrgico de turbinectomía”. Es decir, que la cirugía prácticamente consistió en extirparme los cornetes inferiores nada más”, manifestó con indignación.

Ante todas las dudas que rondaban por su cabeza cabeza, el 30 de julio le escribió a Yepes Rubiano por Whatsapp, así: “Doc, lo mio fueron 3 cosas?: Corrección de la desviación del tabique, los cornetes, y la extracción de los 2 quistecitos, cierto? Es decir, fueron 3 procedimientos” Y su respuesta, por mensaje de voz, fue: “Correcto, esos fueron los procedimientos que te hicimos,….. en términos del tabique, a no ser que tengas un golpe, eso debería estar corregido ya para el resto de tu vida…”.

“¿Por qué ese engaño por parte del Dr. Yepes Rubiano?”, dijo al cuestionar la actuación de Yepes Rubiano.

Frente a esta situación se dio a la tarea de investigar sobre el asunto que le había ocurrido “y pude encontrar que actualmente, la extirpación total de los cornetes inferiores no se realiza, salvo contadas excepciones, por ejemplo cuando se está frente a tumores malignos. Los cornetes, tienen como función calentar, humidificar y filtrar el aire que respiramos, por lo tanto, la consecuencia de extirparlos totalmente es: se producen costras grandes de moco y resequedad en la garganta. ¿Cuál es la consecuencia de todo esto? La consecuencia es que quedé condenado de por vida a que mensualmente, tenga que ir a un Otorrinolaringólogo para que me extraiga una impresionante costra de moco como consecuencia de la extirpación total de mis cornetes inferiores, pues el aire que respiro ingresa sin calentar, sin humidificar y sin filtrar, costra que además produce un hedor insoportable. Los honorarios del especialista que deberé asumir cada mes son $300.000. Lo anterior ha deteriorado mi calidad de vida, mi dignidad, y lo que es peor, mi relación íntima de pareja. .Adicionalmente, quedé condenado, de por vida, a gastarme mensualmente un frasco de Nasivin, y lograr así un poco de humectación. Este medicamento tiene un valor en el mercado de $28.200”.

Además, “quedé condenado a vivir con resequedad severa en mi garganta, lo cual afecta también otro gran hobby mío: el canto. Sí, mis amigos me conocen porque me gusta cantar música vallenata, lo cual tampoco podré hacer como lo hacía antes de ir a cirugía, por dicha resequedad”. 

Ahora, ante los perjuicios de que ha sido víctima, Carlos Guzman Romero solicitó un acuerdo conciliatorio para que Alfonso Yepes Rubiano y Yepes Restrepo & Cía S. en C. le reconozcan y paguen la compensación por los gastos que deberá asumir cada mes por cita médica a un Otorrinolaringólogo para extraerle la costra acumulada en el sistema respiratorio y, además, por la compra mensual del medicamento Nasivil.

Adicionalmente plantea que Alfonso Yepes Rubiano y Yepes Restrepo & Cía S. en C, le reconozcan y paguen, “por el daño moral causado, y la afectación a mi vida en relación, incluyendo la indemnización a mi cónyuge y mis dos hijas”.