Tantor, el enorme elefante de más de 5 toneladas de peso que este sábado será sometido a un tratamiento de conducto en su colmillo izquierdo después de sufrir una fractura, es preparado para el procedimiento por parte del personal de veterinarios de la Fundación Zoológico de Barranquilla.

El animal de 52 años, aproximadamente, inició el ayuno el jueves en horas de la noche.

Henrique Riva, Jefe de Veterinaria del Zoológico de Barranquilla, dijo que el animal debía estar desde 48 horas antes, “sin agua y sin alimentos”. “Son importantes para que el animal esté anestesiado. Que el contenido que está en el estómago, no retorne. Es así como la anestesia de una persona si es una operación de anestesia general”, dijo.

Diariamente el animal consume más de 300 kilos de alimento y más de 100 litros de agua. El alimento se suministra en cinco raciones cada 24 horas.

“Solamente en pasto son 70 mazos al día. De dos kilos o kilo y medio, cada uno. También una gran cantidad de frutas. Sumando todo, zanahoria, auyama, guineos”, dijo el veterinario Riva.

En 2012 Tantor fue sometido a un tratamiento de conducto en su colmillo izquierdo por lo que el de este sábado será el segundo y en el cual participarán unas 30 personas.

El veterinario Henrique Riva recordó que se llega a este segundo tratamiento después de que Tantor sufriera una fractura en su colmillo derecho. “Eso se infectó y necesitamos ayuda de dos veterinarios que vienen de Estados Unidos. Rellenar el conducto y controlar la infección”, agregó.

El procedimiento cuesta unos 25 millones de pesos y en una colecta virtual que se realizó, se recaudaron 5 millones de pesos. La Fundación Zoológico espera la ayuda de la Alcaldía de Barranquilla que con anterioridad ofreció apoyo económico por lo costoso del procedimiento.

Henrique Riva, dijo que “por medio de la plataforma virtual de la Vaquinha.com alcanzamos el 20 por ciento del punto inicial que eran 25 millones de pesos. En su mayoría de personas naturales que  donaron”.

Este elefante fue traído a Barranquilla hace 26 años, después un proceso de extinción de dominio de una hacienda de los hermanos Ochoa, en el municipio de Repelón.