Imagen de una de las protestas a las afueras de la Fiduprevisora..
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La salud del Magisterio

Es deber del Estado garantizar la ejecución y prestación de los servicios  de salud a los ciudadanos y debe ser prestado de manera efectiva y con calidad.

Por: Joaquín Baena Arévalo

Nada nos puede hacer más ricos y afortunados que tener buena salud.

Ralph Waldo Emerson

A pesar que la Constitución Política de 1991 consagró la salud como un derecho fundamental, conexo al derecho a la vida y a la dignidad ha sido tratado hasta ahora como un derecho de quinta categoría. Es deber del Estado garantizar la ejecución y prestación de los servicios  de salud a los ciudadanos y debe ser prestado de manera efectiva y con calidad. Es obligatorio del Estado también vigilar que los recursos de la salud se manejen de manera eficaz y eficiente y para ello es imperativo eliminar la intermediación que en el caso colombiano se quedan con jugosas sumas que más tarde sirven para financiar campañas políticas y satisfacer la avaricia de las empresas electorales que existen en nuestro medio y que algunos llaman partidos políticos.

El gobierno progresista de Gustavo Petro Urrego quiso o ha querido transformar esta situación pero ha encontrado una firme talanquera de los congresistas dueños de muchas EPS e IPS que monopolizan este negocio o en algunos casos son favorecidos financieramente  en sus campañas por estas tenazas del poder. Con el Magisterio se ha querido hacer un ensayo piloto de reforma a la salud, la visión inicial de Petro era que los docentes eligieran su entidad prestadora de servicios de salud, que además hubiese varias entidades que facilitaran  la dispensación y los estudios de laboratorios; ensayo que no ha pasado de ser un burladero.

La visión primera de Petro corresponde al modelo de salud de casi todos los países europeos, no es  nada nuevo pero no se ha podido implementar en nuestros medio, la prueba piloto ha sido desastrosa, transición sin planeación y repitiendo lo viejo, no se trata de convertirnos en franco tiradores del gobierno de Petro porque el problema de la salud del magisterio no es nuevo.

La salud en Colombia y concretamente en el magisterio, se ha caracterizado por inatención, citas médicas especializadas muy tardías, medicamentos a destiempo, procedimientos quirúrgicos y terapéuticos con criterio mercantilista, los médicos les imponer un número de medicamentos y un número de procedimientos mensuales , abandonando totalmente la ética médica y el criterio de la vida como un derecho fundamental.

Es un sistema criminal por decir lo menos; la entrega de medicamentos responde a intereses comerciales desconociendo prescripciones de los mismos médicos de las IPS cuyas autorizaciones para entrega de medicamentos son ordenadas por procesos administrativos, esta misma suerte sufren los procedimientos quirúrgicos para patologías cardiovasculares, neurológicas, nefrológicas entre otras.

A estas entidades no se les paga por servicio prestado sino per cápita , de tal suerte que entregar medicamentos genéricos con procesos de elaboración deficiente y baratos es el negocio socio. En este escenario la suerte de la salud de los docentes está determinada por juntas administrativas y no por juntas médicas, el medicamento lo autoriza el administrador y no el médico, estas son las reglas de nuestro sistema de salud.

Los docentes en este caos de la salud se encuentran desamparados, tanto Fecode como las filiales locales han jugado también al mercantilismo, siendo favorecidos sus dirigentes de una u otra manera, encontrando  un silencio de la dirigencia sindical, solo se escucha en la lejanía las voces solitarias de José Ignacio Jiménez y Alberto Ortiz Saldarriaga, recientemente expulsado este último de la ADEA por sus críticas al nefasto régimen de salud.

La prueba piloto ha fracasado por innumerables razones, ser crítico de este proyecto de salud que así planteado no es ni mejor, ni peor que el anterior, simplemente sigue siendo pésimo, no nos hace ni enemigos del gobierno actual ni aduladores de los bastardos gobiernos anteriores.

 Fui candidato al Senado por el Pacto Histórico, avalado por el Polo Democrático,  pero eso no me puede poner ni una venda en los ojos y amordazarme ante muchas cosas que no representan el cambio. No es fácil, venimos de una tradición legislativa ausente de ideología, de una cultura donde todo se compra y nuestros legisladores no son la excepción, cada proyecto tiene un alto costo al bolsillo de los colombianos que se traduce en contratos leoninos, entrega del presupuesto a la fechoría política, nuestro congreso es  extorsionista, negocia todo proyecto de ley y torpedea todos aquellos que atenten contra los intereses de sus financiadores.

El gobierno de Petro no ha podido salir de esta encerrona, ha caído en los mismos vicios de la mermelada, por eso vemos casos como el de la UNGRD y otras contrataciones que satisfacen la voracidad de la contratocracia  por parte de los partidos tradicionales. Este es el costo cuando elegimos un presidente alternativo pero continuamos con un legislativo corrupto y chantajista. Son situaciones que desprestigian procesos, frustran proyecto y se convierte en caldo  de cultivo para las fuerzas retardatarias.

Estamos acostumbrados a las migajas, tanto es así qué hay maestros y ciudadanos que defienden el viejo modelo de salud, los maestros tenemos que alzar la voz y bien fuerte para que se concrete una real reforma; hasta ahora solo se le ha cambiado el pollerín a la muñeca, pero la muñeca sigue siendo la misma,  el ensayo de salud con el magisterio es malo, cruel, inhumano, sin planificación ni criterio de transición.

Esto me hace recordar el famoso grito de Independencia  del 20 de julio de 1810, un grito donde el virrey siguió siendo el español Amar y Borbón, pero a los contemporáneos y a la historia se la ha hecho creer que en esa fecha nos independizamos, igual acá, no ha pasado nada, no ha habido cambios, no podemos aplaudir esta ensayo que no cambia en nada el viejo sistema de salud .

Los maestros necesitamos conocer qué se acordó con Fiduprevisora y Fomag, a qué tenemos derecho, cuántas IPS van a prestar el servicio de salud,  además de la Clínica del Norte deben existir otras IPS que compitan con dicha clínica, que el docente pueda elegir quien le presta un mejor servicio y que se aplique el espíritu de la reforma.  Llevo personalmente 10 días entre la unidad de Los Andes y un centro de dispensación llamado “éticos” para que se me entregue el médicamente llamado Olmetec, no ha sido posible ni autorizado a pesar que fue ordenado por el médico que me atendió, quieren darme el qué hay y no el que formuló el médico y el que necesito, esta situación la viven miles de maestros.

Los campesinos están saliendo a las calles a defender su reforma agraria; el 20 de julio se dio una movilización importante y se está organizando otra para el 7 de agosto, de igual manera la protesta de los maestros debe hacerse presente en la calles ya que solo en un gobierno del cambio con la movilización podemos lograr que se hagan verdaderas reformas que mejoren la calidad de vida y la prestación de los servicios de salud.

Solo la movilización, la protesta, la calle, pueden lograr que se alcancen las reformas y el momento es en este gobierno con deseos de cambio, no esperemos nada del legislativo. Vamos a luchar por las reformas, movilicémonos  para coadyuvar a los propósitos del progresismo.

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