La recuperación emocional de los niños en Mocoa: el trabajo de los psicólogos del ICBF
12 Unidades Móviles del ICBF fueron instaladas en Mocoa tras la emergencia.
En el albergue El Jardín, un niño de siete años colorea un río en el que luego dibuja peces negros y varias personas del mismo color. Junto a él, otro de solo dos años pone en el papel una larga línea ondulada y explica, a su manera, que se trata del mismo río.
Para estos dos pequeños, los dibujos son solo el resultado de una tarde entretenida que otros complementan con la escritura de pequeños relatos. No obstante, para los psicólogos que integran las 12 Unidades Móviles del ICBF instaladas en Mocoa tras la emergencia, estas creaciones son el punto de partida de un trabajo de atención psicosocial que busca descubrir los sentimientos de los niños frente a lo sucedido, determinar sus necesidades emocionales y ayudarles a sanar sus heridas.
Y es que según explica la Directora General del ICBF, Cristina Plazas Michelsen, detrás de todas las carencias materiales que hoy enfrentan estos pequeños y sus familias quedan ocultas grandes necesidades emocionales que también deben ser atendidas con prontitud.
"Desde el primer día, más de 40 profesionales de nuestras Unidades Móviles trabajan sin descanso en la atención psicosocial de los niños que vivieron esta terrible tragedia", señala la Directora. "Queremos que superen sus temores que recuperen la confianza y que vuelvan a sentir que el mundo es un lugar seguro para ellos".
A través de los dibujos, los niños cuentan cómo vivieron la emergencia y expresan, de manera espontánea y tranquila, sus sentimientos frente a lo sucedido. Ya en la interpretación, los profesionales identifican cuáles son las necesidades de cada caso y empiezan a trabajar en ellas.
Los resultados no solo son importantes para los niños porque les ayudan a comprender lo que están sintiendo. También tienen un efecto sobre los adultos, porque les enseña que la recuperación de los niños no depende solamente de lo material, sino también del apoyo emocional que puedan darles.
"Cuando los niños hacen los dibujos, exteriorizan sus miedos, su tristeza por la pérdida de sus familiares, de sus mascotas, de sus juguetes, y puede expresar todo aquello que fue más impactante para su vida. Por eso este trabajo de atención psicosocial nos ayuda a evitar futuras consecuencias sobre sus emociones y su salud mental", puntualizó la Directora del ICBF.
En el trabajo de atención psicosocial que el ICBF hace a los niños de Mocoa participa también el Ministerio de Cultura, la Policía Nacional y otras entidades que forman parte del Sistema Nacional de Bienestar Familiar, todo con un solo propósito: restablecer los derechos y el bienestar de la niñez víctima de la avalancha.
*Información del ICBF