La periodista “de primera línea” que perdió en un mes a 4 de su familia: papá, mamá, abuela y una tía
Menfy Méndez ha tenido que seguir la lucha, frente a un micrófono.
Superó el Covid-19 y vivió para contar la historia de duelo que la ha dejado destrozada, aunque aún no tiene fuerzas para hacerlo.
Es la historia de Menfy Méndez Mejía, periodista corresponsal en Barranquilla de la Cadena Blu Radio, antigua compañera en Zona Cero.
En este año, durante la pandemia y los casi dos meses largos del paro nacional, ha sido una periodista de primera línea. Menfy no ha parado en el cubrimiento de la información del segundo y tercer pico de la pandemia, y de las protestas en desarrollo del paro nacional.
A quien escribe esta nota le hizo en octubre pasado la licencia en el Noticiero CM&, tras resultar positivo de Covid-19. Para esos días también fueron varias las protestas que cubrió en medio de la pandemia.
Con ella hemos estado en el trasegar diario del periodista que también ha sufrido los efectos de la pandemia, que perdió un ser querido, pero que como el cantante, “el espectáculo debe seguir”.
En abril pasado, días después de su cumpleaños, Menfy fue confirmada como positiva para Covid-19. En la urgencia de su EPS estuvo temerosa de la enfermedad y le preocupaban sus padres con quienes vivía.
En su casa se aislaron. Las medidas de bioseguridad se adoptaron y todo comenzó a girar en su casa en torno a una recuperación y la protección a sus papás.
Sin embargo, ellos también se contagiaron. El primero en presentar síntomas fue don Carlos Méndez, pensionado del Cerrejón. Tos y migraña, fueron las señales iniciales de la enfermedad. Lo aislaron, pero dio negativo en dos oportunidades.
Luego fue doña Elsy Mejía, quien presentaba malestar general. Ella sí dio positivo. Igual, Menfy, Carlos y Elsy, se mantenían aislados, cada uno en una habitación de su casa.
El 8 de mayo, el papá de Menfy se sintió mal, y fue ella quien lo llevó a la Clínica General del Norte. En ese centro asistencial le hicieron los exámenes médicos y detectaron ya una grave afectación a nivel pulmonar. Le hicieron la prueba por tercera vez y esta vez sí dio positivo.
Comenzó para él una rutina que se extendería por 14 días. Ya estaba avanzado el Covid-19 en su organismo y comenzó un acelerado deterioro en su estado de salud. Esa misma noche, mientras Menfy atendía a su papá en la Clínica, recibió una llamada de su casa. Doña Elsy “se había puesto mal”.
La periodista regresó a la vivienda y al ver a su mamá afectada, con sensación de ahogo y otros síntomas adicionales no tuvo otra alternativa que llevarla también a la misma clínica.
Coincidencialmente por las condiciones de salud de la pareja, que ya no estaba en su residencia del barrio Boston, se encontraron nuevamente en el mismo centro asistencial. En lo posible Menfy trató de que no se vieran. Pero las miradas que por casi 40 años se cruzaban a diario, chocaron por último en el pabellón para pacientes Covid de la Clínica General del Norte.
Menfy cuenta que él hacía señas para que su esposa durante 39 años no fuera ubicada en el mismo lugar. Sin embargo, fue imposible y hasta llegaron a estar, otra vez, el uno al lado del otro.
“Ella no puede estar aquí”, expresó cuando vio entrar a “su negrita”, como cariñosamente le decía. Era “su eterna enamorada”.
Carlos y Elsy compartieron un día en la habitación de hospitalización. Allí él se quebrantó, y ella, con la fe en Dios que le caracterizaba, le dio ánimos al salir para UCI
En adelante, “mi mamá le siguió los pasos a mi papá” contó Menfy en un diálogo informal con Zona Cero. En la medida en que el Covid-19 iba haciendo estragos en la humanidad de Carlos, también decaía ella. “Lo que hoy me decían de papi mañana me lo decían de mami”. Un día después de ser hospitalizado Carlos Mendez, ya estaba en UCI. Y así sucesivamente iba sucediendo con la madre de Menfy.
Trabajando en la primera línea del periodismo, porque el comunicador tiene que seguir al frente de su tarea diaria, en la noche del 13 de mayo, cuando cubría los disturbios en la calle 72 porque los enemigos del fútbol se enfrentaban al Esmad en el plantón por el partido América-Atlético Mineiro, Menfy recibió una llamada de la Clínica. Ella se apartó del grupo de periodistas con el que estaba. Para ese entonces, su mamá también estaba en UCI.
Días después nos contó que el 13 de mayo cuando cubría los disturbios en los alrededores del Romelio, la llamada que recibió desde la clínica era para informarle que la familia debía prepararse para lo peor con su papá.
Menfy siguió trabajando mientras su papá luchaba contra la mortal enfermedad. Como la noticia diaria en Barranquilla era la pandemia, la corresponsal de radio, informaba mientras tanto sobre la evolución de la enfermedad. Estábamos en el tercer pico alto, aumentaban los contagios y las muertes por Covid-19.
El 21 de mayo murió don Carlos y no alcanzaron a hacerle las diálisis que era la última esperanza de vida que recomendaban los médicos. Le correspondió a Menfy identificar a su papá.
En la morgue de la clínica, actualizando el protocolo de identificación de personas fallecidas, se dispone mirar una cámara de seguridad y hacer una señal de aprobación de que el cuerpo que recibía era el de su papá . Ella lo hizo. Se llevó la mano derecha al corazón mirando a la cámara “como señal de ese amor eterno que la unirá a su papá, aún después de fallecido”.
Diez días después, el 31 de mayo, falleció doña Elsy.
El protocolo de identificación esta vez estuvo a cargo de su hermana Marlyn. Elsy nunca supo que Carlos había fallecido. Lo supo cuando se encontraron en el cielo.
Las hermanas Mayerlin, Menfy y Marlyn no tuvieron la oportunidad de hacer el duelo por su papá, cuando a los 10 días, partió de este mundo la mujer que les dio la vida.
Ese día Mayerlin, ante sus dos hermanas, lanzó una expresión que para Menfy era una triste realidad: “Hoy siento que despedimos a los dos”. Fue su manera de manifestar que no habían tenido el espacio para expresar el dolor por la muerte del papá, pues en esa década, no dejaban de pensar en la esperanza de vida que aún había para su mamá.
Sigue el dolor
Mayerlin tenía razón cuando se refería a sus padres, pero el dolor seguiría para la familia, pues mientras preparaban el sepelio de su mamá, falleció su abuela paterna Patricia Álvarez de Méndez.
Doña Patricia se había contagiado una semana antes de que su hijo Carlos falleciera. Lo lloró varios días y se preguntaba: “¿Dios mío por qué te llevaste a mi hijo que estaba lleno de vida y no me llevaste a mi que ya terminé mi ciclo?”.
Por esa misma fecha se contagió también su hija Patricia Méndez Álvarez, de 47 años, la hermana menor de Carlos. Esta última falleció en la tarde de este martes. Ella solo supo de la muerte de su hermano Carlos, más no del deceso de su cuñada Elsy y su mamá. Para la periodista, la abogada fallecida, era también su gran amiga.
Patricia era abogada egresada de la Universidad del Atlántico y docente de derecho de esa misma Alma Máter. Recientemente, recibió una beca otorgada para un doctorado en la Universidad de Cádiz.
En la familia, días atrás, un primo de las hermanas Méndez se arrodilló y pedía clemencia a Dios para que terminara esta pesadilla para la familia, mientras Menfy sigue en su tarea de informar.
Menfy compartió con Zona Cero que el regreso a cabina en Blu Radio, fue coincidencialmente el Día del Padre, el mismo día en que en las estaciones radiales suena una y otra vez la canción ‘Mi viejo’, de Piero, tema que le recordó que su “viejo, su querido viejo" ya no está con ella y sus hermanas.
Hoy Menfy asegura no saber cómo se siente, y expresa que Dios es el único que ahora puede levantarla. Ya no está “su compañerita” (Elsy) y su "héroe" (Carlos), los dos amigos de siempre en las buenas y las malas.
Por esas coincidencias de la vida el 8 de mayo que llevó a su papá de urgencia a la Clínica era el día en que él debía vacunarse contra el Covid-19.
Hospitalizada, su mamá alcanzó a ver una foto que Menfy publicó en su perfil en la que estaba con ellos. Me respondió que “muy pronto nos volveríamos a ver, pero ese pronto nunca llegó”. Ya antes de ser hospitalizada le escribió una carta a sus hijas en las que les pedía “nunca alejarse de Dios”.