María Isabel Mendoza recuerda que el día que los paramilitares cometieron la masacre. Su hija, Irene Graciela, tenía apenas  45 días de nacida.

Dice que cuando el sangriento suceso ocurrió, ya la bebé había sido bautizada y comentó que, si no lo hubiera estado, “seguramente le hubiere puesto un nombre que se identificara con la vida”.

Aunque el  recorrido de muerte de las autodefensas comenzó a las 10 de la noche del 21 de noviembre del 2000 por el caño El Clarín, en cinco lanchas que transportaban cada una 12 personas al mando de alias Andrés, jefe de la compañía ‘Walter Úsuga’, se toma la fecha del 22 de noviembre porque fue cuando más los paramilitares se ensañaron.

A las 11:30 p.m. del martes 21 de noviembre, las embarcaciones llegaron al kilómetro 13 y allí, a machete y puñal, dieron muerte a 11 pescadores que hacían su faena nocturna. Otros 5 fueron convertidos en rehenes – guías. La idea era que los condujeran por entre los manglares.

A las dos de la madrugada llegaron a Nueva Venecia y se dividieron en grupos: mientras unos ajusticiaban a 12 hombres en la plaza de la iglesia; otros, disparaban contra las casas. Un tercer grupo saqueaba las tiendas y ventorrillos.

A las cinco de la mañana, en la retirada, dieron muerte a otros pescadores que se transportaban en tres canoas.

Esa correría del terror que terminó hoy (22 de noviembre, hace 20 años), dejó 37 pescadores muertos. Una herida que se desató sobre un pueblo completo y que ha sanado sola, dejando una cicatriz imborrable.

Pañitos de agua tibia

En el año 2012, el Tribunal Administrativo del Magdalena le ordenó a la Nación que pidiera disculpas públicas a los familiares de las víctimas de esta masacre. Se comprobó en ese fallo que el Estado incurrió en graves omisiones al no proteger a la comunidad, pese a la existencia de serias amenazas que indicaban que grupos paramilitares iban a arremeter contra la población.

Y aunque un 11 de junio, los militares y policías pidieron perdón a las víctimas, ellas no olvidan. No olvidan que Rodrigo Tovar Pupo, alias Jorge 40 -quien ahora paga cárcel en Colombia después de ser extraditado- justificó la muerte de más de 30 de sus pescadores como un simple “hecho de guerra”.

Según 'Jorge 40', Nueva Venecia era un sitio que tenía el ELN bajo su dominio y tenía que ser recuperado.

Según relatos de los paramilitares que participaron en esta operación, que estaba bajo el mando de alias ‘Esteban’ (asesinado en 2001), Saúl Severini Caballero, desmovilizado en 2006, habría sido la persona que más influyó en que se cometiera esta masacre. (Leer noticia relacionada en Verdad Abierta).

20 años después de este sangriento ataque -quizás el más emblemático ocurrido en los últimos años en el Magdalena- la reparación ha sido ínfima. Según reconoce la propia Unidad de Víctimas, a esta comunidad se le ha entregado una lancha ambulancia para atender a las poblaciones de Nueva Venecia y Buenavista. Reportan también haber adecuado el puesto de salud y haber establecido un lugar para disponer de los residuos sólidos.

Documentales recomendados

La mejor manera de honrar la vida de los 37 pescadores vilmente asesinados en esta cruenta masacre es a través de documentales que ayudan a mantener la memoria histórica, para recordarnos episodios que nunca deben ser olvidados.

En Seguimiento.co les recomendamos ‘Los hijos del pueblo del Agua’, una producción de la Oraloteca de la Universidad del Magdalena, que cuenta con el apoyo del Centro Nacional de Memoria Histórica, de la Agencia de los Estados unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) a través de su Programa de Fortalecimiento Institucional para las Víctimas, la Universidad de los Andes y el United States Institute of Peace.

También recomendamos ‘La Memoria de los Peces’ (ver en Instagram), un proyecto que deja a un lado la victimización para concentrarse en una mirada digna de la resistencia de sus personajes; sin duda una vía de reparación simbólica de la memoria del conflicto en Colombia.

Recomendamos: Los muertos de Nueva Venecia no se olvidan.