Un repudiable caso de indolencia, en la desatención de un paciente, fue el que sufrió Leila Carolina Ruiz Rodríguez, cuando por enésima ocasión acudió a Distribuciones Pharmaser Ltda para reclamar un medicamento, para el tratamiento de epilepsia, que le ha sido negado desde el mes de febrero de este año.

Al llegar nuevamente al lugar, calle Murillo con carrera 9F, la usuaria presentó los respectivos documentos y uno de los empleados le manifestó que para poder entregarle el medicamento debía sacar fotocopias de la solicitud, a lo que ella accedió.

Sin embargo, al regresar con las fotocopias inexplicablemente el mismo empleado le dijo que no había el medicamento, cuando minutos antes le manifestó lo contrario.

Este hecho generó molestia no solo en la usuaria sino también en las demás personas que se encontraban en la misma sala, como fieles testigos del maltrato.

De inmediato los allí presentes le pidieron explicaciones a la administradora de la farmacia, de nombre Martha, sin que esta se dignara a apersonarse de la situación.

“Fue entonces cuando la señora Leila comenzó a convulsionar, siendo auxiliada por los usuarios que estábamos allí, quienes alertamos a una ambulancia. Los paramédicos dijeron que había que hospitalizarla y fue trasladada al Camino Murillo (calle 45 con 8H), a pocas cuadras del lugar”, comentó Yonis Jiménez, testigo excepcional del aberrante hecho.

Más indignante resultó el hecho de que en medio del ataque de epilepsia y la desesperación de los usuarios, los empleados de Pharmaser ni siquiera salieron de sus oficinas para intentar socorrerla.

“Por el contrario, la señora Martha (administradora del lugar) cogió a los empleados de las ventanillas, los sacó, apagaron las luces y todos quedaron retirados hasta que llegó la Policía”, agregó Jiménez.

En el Camino Murillo, Leila Carolina Ruiz Rodríguez fue valorada, dada de alta y los médicos le recomendaron reclamar el medicamento, el mismo que se le viene negando desde febrero de este año.

“Cómo es posible que un medicamento tal esencial para la vida de un ser humano sea postergado en su entrega con excusas no valederas. No hay derecho a que la señora, para llegar hasta dicha farmacia, deba caminar desde El Bosque hasta La Victoria, para que le den una respuesta negativa. A la administradora de esa farmacia deberían abrirle una investigación por negligencia y ser destituida”, añadió Yonis Jiménez.

Leila Carolina Ruiz Rodríguez vive sola en el barrio El Bosque, desde que su hija falleció en un accidente de tránsito.

Se encuentra afiliada a Mutual Ser EPS, cuenta con 56 años de edad y el médico le recetó Lacosamida 100 mg.

En la más reciente fórmula le recetaron 168 unidades: 1 cada 12 horas, 56 por mes, durante 3 meses.

Sin embargo, este tratamiento no lo ha podido realizar con la rigurosidad que requiere, debido al incumplimiento por parte de Pharmaser Ltda.