La draga 'Bartolomeu Dias' no pudo con la tarea.
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La crisis del puerto de Barranquilla en medio de cuentos ‘belgas y chinos’

Las multimillonarias contrataciones no se reflejan en el calado que requiere el canal.

En medio de cuentas ‘belgas y chinos’ el año 2021 fue un verdadero desastre para el canal de acceso al puerto de Barranquilla.

Lo sucedido este año es fiel reflejo de lo que ha venido ocurriendo a lo largo del tiempo. Un canal con un calado apenas mínimo para el tráfico de embarcaciones regulares. Sin la posibilidad de tener uno más amplio que permita el paso de embarcaciones de gran calado, como se lo merece una ciudad como Barranquilla que se ha convertido modelo en Colombia en materia de competitividad y reactivación económica, especialmente en medio de la pandemia del Covid-19.

Pese a ello las autoridades encargadas no aciertan una sola. Es decir, no han podido lograr que con las multimillonarias contrataciones de dragado se alcance al menos un calado de 12,19 metros que es una meta que se han fijado pero que nunca han logrado. Ni siquiera han obligado a los contratistas de siempre a que se cumpla debido a un modelo de contrato ampliamente cuestionado.

En efecto, en este escenario de desaciertos se encuentra inicialmente Cormagdalena, la entidad que por mandato Constitucional es la rectora del río Magdalena y, como tal, la obligada al mantenimiento para sostener la navegabilidad durante todo el tiempo.

Pero, en la práctica, este mandato Constitucional le quedó grande a Cormagdalena al punto que durante los últimos años ha trasladado la contratación de obras e interventoría a Findeter, apartándose la Corporación de la responsabilidad que le corresponde.

Contrataciones sin resultados efectivos

Es así como ambas entidades han suscrito cuatro contratos interadministrativos a través de los cuales la Corporación dejó en manos de Findeter el manejo de  223.610 millones 030 mil 360 pesos para contratar los trabajos de dragado en el canal de acceso.

Todo ello bajo la figura de “asistencia técnica” para la cual Cormagdalena ha pactado remuneraciones que totalizan 7.775 millones 949 mil 481 pesos.

Con ese esquema, Findeter ha estado a cargo de las multimillonarias contrataciones las cuales han estado a favor de las compañías European Dredging Company Sucursal Colombia (EDC), filial de la matriz belga Jan De Nul, que a su vez también ha resultado favorecida directamente, al igual que CCCC Shanghai Dredging Co, LTD.

No obstante, el resultado de los multimillonarios contratos de dragados, que este año totalizan los 81.713 millones 536 mil 148 pesos, no se ha visto reflejado en un adecuado calado operacional, al extremo que el 20 de noviembre la Capitanía de Puerto de Barranquilla se vio obligada a reducirlo a 6,2 metros, el más bajo en la historia de la ciudad.

Previamente y de manera recurrente los calados también han tenido una tendencia hacia la baja, generando el desvío de embarcaciones a otros puertos o al aligeramiento de carga, con graves consecuencias económicas para los usuarios del puerto y de la misma ciudadanía.

Encallamientos y daños en las dragas

A lo anterior se suman los encallamientos que se han presentado, especialmente en la zona próxima a Bocas de Ceniza, lo que coloca al puerto de Barranquilla con una imagen negativa frente al sistema portuario internacional.

Ni qué decir de los daños que han presentado los propios equipos contratados para el dragado.

Caso específico el de la draga ‘Taccola’, de la matriz Jan De Nul, que el 26 de agosto de este año ‘tacó la mano’ y tuvo que abandonar el trabajo con un nefasto resultado: inició trabajos con un calado de 6,7 metros en el canal y poco después lo dejó en 6,4 metros.

Falta de planeación

Expertos en el tema sostienen que lo que ha habido es una plena falta de planeación en cuanto a la atención del canal, pues no se tienen en cuenta aspectos tan importantes como la sección y profundidad en la zona de Bocas de Ceniza que de manera reiterada presenta graves inconvenientes por la alta sedimentación.

Tampoco se han tenido en cuenta las condiciones de calado a lo largo del canal y en especial en las zonas de giro que, de manera inexplicable, las mantienen al margen de las contrataciones.

Estos desaciertos corren por cuenta de Cormagdalena que ha trasladado la responsabilidad de contratación a Findeter, en su mayoría acudiendo a la figura de urgencia manifiesta, lo que en muchos casos ha terminado en adjudicaciones ‘a dedo’. 

El cierre negativo en el canal

Realmente, el puerto cierra con calados operacionales bajos, frente a las expectativas generadas.

En efecto, actualmente los calados operacionales son los siguientes:

Calados vigentes en el puerto de Barranquilla.

En términos prácticos, de manera conjunta el tema les quedó grande a Cormagdalena y Findeter, dejando el problema en puros cuentos ‘belgas y chinos’.

 

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