Felipe Orozco en la 'Huerta de Salo'.
Felipe Orozco en la 'Huerta de Salo'.
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Jair Varela

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Huertas, estilo de vida y emprendimiento para familias de Barranquilla

Conoce la historia de Felipe Orozco, quien cuenta con la huerta piloto.

En su casa en el popular barrio Los Olivos I, Felipe Orozco cuenta con uno de sus grandes orgullos: ‘La Huerta de Salo’, a la que cataloga como un “estilo de vida” y un “tesoro”

La labor principal de Felipe está en su taller, donde produce desde puertas metálicas hasta tubos galvanizados. Sin embargo, algunas de las horas de su cotidianidad están centradas en atender a sus otras “hijas”, que son sus siembras de berenjenas, plátanos, orégano o acetaminofén, por nombrar algunas.

Orozco y su familia fueron la huerta piloto de la Alcaldía de Barranquilla para estructurar el programa que hoy se conoce como ‘Mi barrio siembra’, que busca fortalecer la seguridad alimentaria en la ciudad.

Felipe Orozco regando su siembra.

Felipe, en diálogo con Zona Cero, recordó que comenzó este proyecto en época de pandemia, aproximadamente en 2022, y que fue la manera de sacar sus raíces a flote, puesto que antes de llegar a Barranquilla desplazado desde Villanueva, Bolívar, su familia se dedicaba al campesinado. 

"Cuando todo el mundo no tenía nada que hacer, nosotros nos dedicamos a sembrar, a sembrar con amor", afirmó Orozco, quien recordó que "mi abuelo fue campesino, y yo acá, con el apoyo de la Alcaldía, inicié los cursos para estar más instruido y hasta ahora nos ha dado resultado". 

La familia de Orozco es una de las 250 que se benefician con esta iniciativa de Siembra Más, que tiene como finalidad llegar a las mil anuales, es decir, un total de 4 mil cuando acabe el cuatrienio del alcalde Alejandro Char.

El gerente de Siembra Más, Henry Cáceres, y Felipe Orozco.

El gerente de Siembra Más, Henry Cáceres, destacó que "buscamos conectar la ciudad con este tipo de ejercicios sociales, que buscan una seguridad alimentaria, una seguridad a veces hasta económica y es la posibilidad de que los barranquilleros generalmente en barrios de suroriente y suroccidente puedan, dentro de sus hogares, cultivar".

Felipe es prueba de ello. Cuando necesita una berenjena, va a su huerta; cuando necesita un plátano, también lo toma de su huerta, incluso, si tiene un dolor de cabeza, hierve una de las hojas de las plantas de acetaminofén y "santo remedio".

Lo que se puede sembrar.

"Este es un patio productivo, acá no tengo plantas por decoración. Todo lo que siembro da algo para comer o brinda algún servicio. Ya algunas huertas también se han comunicado con nosotros para comprar, y ese es otro modelo de la huerta, que se ha convertido en un emprendimiento", recalcó Felipe, quien se decidió por el nombre la 'Huerta de Salo' porque su mamá, hija y nieta se llaman Salomé, en su primer o segundo nombre.

De Venezuela a Colombia

A diferencia de Felipe, que es un caso ya de éxito, José Durán Blanco apenas está en proceso de contar con su propia huerta. 

Recién limpió su patio en el barrio Siete de Abril y destacó que estoy "100% motivado con respecto a esta iniciativa, porque es algo beneficioso para nuestra comunidad y para el núcleo familiar".

Patio de José Durán.

Aunque nació en Sucre, Durán vivió 40 años en Caracas, Venezuela, donde era taxista y había logrado una buena calidad de vida, hasta que explotó la crisis política y económica que lo obligó a volver.

"Me vine a reencontrar con mi vida y también para conseguir oportunidades como esta. Yo siempre he tenido conocimiento empírico para sembrar, esto es una vocación, hasta mi esposa lo sabe y por eso me apoyó", explicó José.

Mientras espera para sembrar con las semillas que entrega ‘Mi barrio siembra’, a José lo han invadido las ganas de sacar esa alma de agricultor, y ya comenzó con espinacas.

Un trabajo en comunidad

El gerente de Siembra resaltó que este "es un trabajo de comunicado, nosotros hablamos con la Juntas de Acción, y también con las empresas privadas, que son un factor fundamental para nosotros en la Alcaldía".

Cáceres indicó antes que cuando una comunidad hace las peticiones para las huertas, se realiza un estudio socioeconómico, "nos sentamos con las familias y entendemos sus dinámicas, porque muchas veces son desplazados y tienen su génesis en el campo".

Modalidades para la siembra.

Todo lo producido es natural y para comunidades como la de Villa Caracas ha sido una fuente de subsistencia.

"Hace poco hicimos una pataconada en Villa Caracas, todo los productos que se utilizaron, los plátanos, los tomates y las cebollas”, destacó el gerente, quien incluso señaló que muchas personas intercambian lo sembrado para suplir sus necesidades.

"La idea no es hacer esto en una pequeña escala, lo que estamos buscando es llevar esto a una política pública y poder llegar a más familias en los distintos barrios de la ciudad, por eso el llamado es a las personas que se encuentren interesadas para poder generar los espacios", concluyó.

Además de estas huertas, la Alcaldía de Barranquilla también está desarrollando huertas comunitarias, en barrios como Las Gardenias y Villas San Pablo, donde son varias familias las que trabajan para producir la tierra.

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