Un hombre sorprendido en el barrio Galán de Bogotá con 11 tortugas de tierra dentro de una caja con el fin de comercializarlas, fue capturado por las autoridades y ahora se convirtió en la primera persona imputada en el país por el delito de tráfico de fauna silvestre.

Esta legislación de protección al ecosistema animal fue sancionada apenas el pasado 29 de julio, y se le conoce como Ley de Delitos Ambientales.

El individuo, identificado como Eduardo Enrique Álvarez, fue señalado de trasladar las tortugas desde Montería hasta la capital de la República con el fin de venderlas en el mercado negro.

La Dirección Seccional de la Fiscalía en Bogotá, con el apoyo del Grupo Especial para la Lucha Contra el Maltrato Animal (Gelma), determinó que luego de varios estudios de zootecnistas, se halló que las tortugas estaban en alto grado de deshidratación, presentaban bajo peso corporal y deformaciones en sus caparazones producto de las malas condiciones de alojamiento, nutrición y movilización.

El fiscal coordinador de Gelma, Alejandro Gaviria, recordó que “capturar, vender o comprar fauna silvestre son conductas que generan graves consecuencias físicas y emocionales en los animales que, además, se exponen a tratos crueles durante el proceso de ocultamiento y transporte ilegal”.

Por este caso la Fiscalía le imputó a Eduardo Enrique Álvarez el delito de tráfico de fauna agravado.