El riesgo en el que se encuentra la palmicultura en el Cesar a raíz de los crecientes focos de una de las enfermedades de mayor importancia de la palma de aceite, como la ‘Pudrición del cogollo’, fue socializada durante un Megaforo fitosanitario realizado este viernes en Valledupar.  

Este evento organizado por Cenipalma, Fedepalma, el ICA y los núcleos palmeros del departamento, expuso a los productores y a los tomadores de decisiones de la agroindustria la gravedad de una problemática que en la actualidad está a tiempo de ser controlada, pero que si se deja pasar sin las urgentes acciones requeridas podría generar, de acuerdo con proyecciones teóricas a enero de 2026, una afectación cercana al 100% de las plantaciones.  

Proyecciones similares fueron hechas por Cenipalma en otros lugares del país, como fue el caso del Magdalena, en donde a la fecha 26.000 hectáreas han sido afectadas por la plaga. 12.500 de las cuales ya han sido eliminadas al no poder superar la enfermedad, lo cual significó severas pérdidas económicas y afectaciones sociales.   

De estas, hoy ya se han renovado 3.600 hectáreas con cultivares resistentes a la  ‘Pudrición del cogollo’, y se espera que al finalizar el año estén renovadas otras 7.000 adicionales.  

Al Megaforo asistieron más de 200 asistentes entre productores, técnicos de plantación, tomadores de decisión y representantes de los bancos. En su intervención, el director general de Cenipalma, Alexandre Cooman, hizo un llamado a todos los actores de esta agroindustria para que sumen esfuerzos y se preserve esta importante actividad económica, responsable de la producción del 15% del total del aceite de palma crudo a nivel nacional, y de la generación de más de 25.700 empleos entre directos e indirectos.  

El departamento del Cesar en cifras   

En la actualidad existen 77.869 hectáreas sembradas en palma de aceite, en 23 de sus 25 municipios, y cuenta con ocho plantas de beneficio.   

La alerta fitosanitaria se generó dado el rápido aumento de casos de ‘Pudrición del cogollo’ que, en menos de seis meses, comprendidos entre julio de 2022 y enero de 2023, registró un incremento de 143.000 casos en el departamento.  

Se calcula que, entre enero 2015 y enero de 2023, 2.214 hectáreas han sido afectadas, lo cual representa una incidencia actual del 0,7%. 

Si bien esta cifra pareciera baja, por el contrario, según lo explicó Cooman, constituye una gran amenaza teniendo en cuenta la capacidad de dispersión de la enfermedad y el impacto que esta genera por la consecuente atracción de una de las plagas de más difícil control en la palma de aceite: el picudo negro de la palma (Rhynchophorus palmarum).  

Unirse y actuar, la única salida 

Frente a este panorama, pese a que se involucran varias plantaciones, la buena noticia es que los focos de la enfermedad que se han detectado son aislados, lo cual facilita su manejo y contención. 

“Sin embargo, si no trabajamos de manera articulada, con un plan regional claro mediante el cual se asuman compromisos concretos, en donde todos los actores de la palmicultura asumamos la responsabilidad que nos compete, la problemática podría salirse de control”, afirmó el Director General de Cenipalma.  

Cooman también recalcó que ante esta situación las buenas labores agronómicas como el manejo adecuado de drenajes, evitar encharcamientos, realizar censos fitosanitarios, manejo nutricional y prácticas curativas de la PC, no se pueden aplazar.   

“Lo importante es que cada actor cumpla con su rol -insistió-: Fedepalma y Cenipalma, sirviendo de facilitadores y articuladores de todo el proceso, y brindando las tecnologías para que las cosas se hagan como se tienen que hacer en términos preventivos y curativos; el ICA haciendo cumplir las normas; Finagro y la banca, llámese Banco Agrario o banca privada, ofreciéndoles a los palmicultores los instrumentos financieros necesarios para controlar y/o renovar”.  

Sobre esta última materia recordó que el Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y Finagro, ha dispuesto 150.000 millones de pesos para financiar Líneas Especiales de Crédito, para el sector agropecuario.   

Finalmente, Cooman insistió en que “estamos ante una amenaza inminente de ‘Pudrición del cogollo’, donde sabemos que ya hay focos de importancia económica en el Cesar” e invitó a tener presentes las experiencias cercanas, a no bajar la guardia y a reconocer que todos somos parte de la solución.

“No esperemos a que nos llegue el problema para ahí sí ponernos al día con las buenas prácticas agronómicas, que es lo que constituye ese capítulo preventivo; y ante la presencia de la enfermedad no nos quedemos pasivos, ni actuemos de manera aislada, hagamos parte de un equipo, apoyémonos en el núcleo, en Cenipalma, en el ICA, y entre todos seamos parte de la solución y no del problema”, concluyó.