Central Termoflores, con 230 megavatios fuera de servicio.
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Zona Cero

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El Gobierno no tuvo previsión y ahora la culpa del apagón la quieren atribuir a usuarios

Con la amenaza de que si no hay ahorro de energía habrá racionamiento, los colombianos no pueden pagar los “platos rotos” por una responsabilidad absoluta del Gobierno.

Pese a los pronósticos sobre la fuerte intensidad, así como el comportamiento y evidencias del Fenómeno de El Niño, que ameritaban una oportuna planificación para mitigar su grave impacto, especialmente en el sector eléctrico, la realidad demuestra, nuevamente, la imprevisión estatal para evitar otro apagón nacional, como sucedió en 1992.

Al aceptarle la renuncia al Ministro de Minas, Tomás González Estrada, el Presidente Juan Manuel Santos aseguró que este asumió la responsabilidad por la demora en la adopción de medidas.

“Como Presidente también hubiera preferido que este paquete de medidas la hubiéramos tomado con anterioridad. Lo que está en juego es la credibilidad del gobierno y la confianza de los colombianos en el sistema eléctrico”, reconoció el Jefe de Estado.

Por ello, a pesar de haber reconocido la responsabilidad, el Gobierno ahora también pretende culpar a los colombianos sobre un inminente apagón. “Que no tengamos cortes de energía, que no tengamos un racionamiento, depende del esfuerzo que hagamos todo”, advirtió Santos al convocar una cruzada nacional para el ahorro de energía.

La Ministra encargada, María Lorena Gutiérrez Botero, fue más allá: “Ahorrar energía ya no es una opción, es un deber de todos los colombianos”.

Palabras más, palabras menos, según el Presidente y la Ministra (e) el apagón se daría por culpa de los usuarios si no ahorran energía y no por la responsabilidad del Gobierno por su falta de previsión.

Si bien es cierto que el comportamiento del actual Fenómeno de El Niño es el más intenso de los últimos 35 años, una vez más queda demostrado que ni siquiera se aprendió la lección dejada por el “apagón Gaviria”, con circunstancias similares a las actuales.

Además, dos hechos recientes llaman la atención sobre el manejo improvisado del Gobierno frente a El Niño y eventos que se han venido encadenando.

El saliente Ministro de Minas, Tomás González, siempre descartó un apagón.

El primero de ellos ocurrió el 16 de febrero, tras el incendio registrado en la víspera, en la central hidroeléctrica de Guatapé. Ese día el entonces Ministro, Tomás González Estrada, dio un parte de tranquilidad para atender demanda de energía luego de incidente en la central, asegurando que “el sistema eléctrico colombiano está interconectado por eso no habrá racionamiento de energía por el incidente en Guatapé”.

Por su parte, Luis Alejandro Camargo Suan, Gerente General de XM (filial de ISA especializada en la Gestión de Sistemas de Tiempo Real), también aseguró que “tenemos los recursos suficientes para atender la demanda y no hay por qué alarmarnos”.

Sin embargo, de acuerdo con las EPM, las 8 unidades generadores la central sólo estarán en plena operación en septiembre de este año. Mientras tanto, estarán fuera de servicio los 560 megavatios de generación.

Ambos comentarios recuerdan al entonces Ministro de Minas, Guillermo Perry Rubio, cuando lanzó la celebre frase: “el país está sobredimensionado en energía”. Y a las pocas horas los colombianos ya padecían el apagón del 92.

Más grave aún resulta el hecho de que el pasado miércoles 2 de marzo, los directivos de XM, filial de ISA especializada en la Gestión de Sistemas de Tiempo Real, señalaron que no veían probable una situación que condujera a un apagón.

De manera sorprendente, 72 horas después los mismos directivos de XM cambiaron su versión y plantearon un nuevo y oscuro panorama, teniendo en cuenta el nivel que se viene presentando con los embalses.

Los registros oficiales de XM indican que previamente a los eventos de Guatapé y Termoflores, el sistema se ha venido debilitando a la vista de todos los agentes del sector eléctrico.

Central de Guatapé, un incendio la dejó fuera de servicio el pasado 15 de febrero.

Es así como la capacidad de las reservas hídricas se redujeron del 66,64% al 61,14% entre el primero de diciembre de 2015 y el primero de enero de 2016. En ese mismo período se hicieron importaciones de energía, desde Ecuador, de 98 megavatios en diciembre y 30 en enero.

Entre el 15 y el 29 de febrero, la capacidad de los embalses disminuyó de 47,02% a 30,04%, al tiempo que las importaciones de energía desde Ecuador aumentaron de 58 a 247 megavatios.

En lo que va corrido del mes de marzo, el embalse útil ha registrado el siguiente comportamiento: 1 de marzo, 29,64%; el 2, 29,26%; el 3, 28,92; el 4, 28,60%; el 5, 28,31; el 6, 28, 27% y el lunes 7, 28,01%.

En estos mismos días la importación de energía desde Ecuador pasó de 247 a 341 megavatios.

En otros términos, el  nivel de los embalses registra disminución de 66,64% al 28,01%. Es decir, pasó de dos a una tercera parte de toda la disponibilidad.

Lo curioso del caso es que estos registros son manejados exclusiva y directamente por XM, que debió advertir en su momento la sustancial baja que se presentaba en los embalses. Y más grave resulta el hecho de que en menos de 72 reportase dos informes totalmente diferentes, para finalmente llegar a la conclusión sobre la crítica situación.

Lo que también llama la atención es que el Presidente Santos únicamente alude al 11% de la energía no disponible (790 megavatios) correspondientes a las centrales de Guatapé y Termoflores, cuando realmente la situación de los embalses es cada vez más crítica, teniendo que recurrir a una mayor importación de energía desde Ecuador desde mucho antes que se presentara el primer evento en el oriente antioqueño.

Los expertos coinciden en señalar que “todos los caminos conducen a Roma”, que las medidas anunciadas y amenazas contra los usuarios no son más que el disfraz perfecto o excusa para implementar el apagón y que, nuevamente, serán los colombianos los “paganinis” de los desaciertos en el sector eléctrico.

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