La draga 'Bartolomeu Dias', operada por la EDC, filial de Jan de Nul.
La draga 'Bartolomeu Dias', operada por la EDC, filial de Jan de Nul.
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Dragados desiertos para contratar directamente al mismo con las mismas

Pese a las graves fallas que ha tenido el contratista en el dragado del canal no ha sido sancionado y sigue premiado con multimillonarias contrataciones.

El nombre de la compañía belga Jan de Nul se ha vuelto muy común en el sector portuario de Barranquilla, por su constante presencia en las multimillonarias contrataciones para el dragado en el canal de acceso, bien sea directamente o a través de algunas de sus filiales en su condición de casa matriz.

En otros términos, se trata del típico caso de que “da lo mismo chana que sebastiana”. Ni más ni menos.

Lo que llama la atención es que durante los últimos años ha almacenado la mayor parte de la contratación, pero los resultados no han sido tan efectivos en su ejecución.

No obstante, pese los poco eficientes resultados, ni siquiera ha sido objeto de la más mínima sanción por parte del Invías, inicialmente, y ahora a través del Patrimonio Autónomo Findeter - Cormagdalena, encargado de los actuales procesos.

Así, por ejemplo, para no ir tan lejos, se recuerda el episodio sucedido con la draga ‘De Bougainville’, a comienzos de 2018, que fue más el tiempo que permaneció con los “brazos caídos” que los días realmente contratados para ejecutar el dragado adjudicado en ese entonces por el Invías.

Curiosamente, este equipo había sido sustituido por la draga ‘Pedro Alvares Cabral’, también de Jan de Nul, que fue retirada de la zona donde realizaba el trabajo, debido a fallas técnicas.

Esta sustitución también se produjo en medio de otro inexplicable hecho, pues se pasó de una draga de 16.500 metros cúbicos de capacidad en tolva, a una de apenas 3.700 metros cúbicos. Reducción de la capacidad en tolva bastante preocupante teniendo en cuenta la necesaria e intensa rigurosidad del dragado que se requería.

Al final se produjo otra sustitución con la draga ‘Lelystad’, de la compañía Van Oord Dredging and Marine Contractors B.V Sucursal Colombia, en julio de 2019, en una contratación por valor de 3.343 millones 646 millones 586 mil pesos.

A través de la filial European Dredging Company Sucursal Colombia (EDC), la matriz Jan de Nul también se hizo a otros contratos, el primero en el año 2017, por 5.730 millones 360 mil 85 pesos y otro en 2019 por 6.917 millones 497 mil 511 pesos.

Con la EDC se recuerda otro grave episodio de Jan de Nul en el puerto de Barranquilla. Ocurrió durante el dragado contratado en junio de 2019 cuando la draga asignada, ‘Francis Beaufort’, sufrió una avería técnica, por lo cual suspendió el trabajo apenas lo iniciaba, fue llevada a zona marina externa y finalmente no pudo continuar la labor.

El contratista la reemplazó por la draga ‘Medway’, que ni siquiera pudo ingresar por Bocas de Ceniza, siendo retirada del área y dejando el trabajo tirado.

Aún así, Cormagdalena no hizo la más mínima intención de aplicar las cláusulas pecuniarias de sanciones por incumplimiento. De esta manera, la firma EDC quedó ‘sana’ (habilitada) para seguir contratando con el Estado, como si nada hubiese pasado con el abandonado dragado.

Tanto así que en enero de este año, el Patrimonio Autónomo Findeter - Cormagdalena le adjudicó a la EDC, filial de Jan de Nul, un nuevo contrato por 13.418 millones 715 mil 306 pesos, para el dragado de 900 mil metros cúbicos de sedimentos.

Esta contratación para un dragado de adecuación, con la ‘Bartolomeu Dias’ se hizo mientras se procedía con otro proceso para adjudicar el del mantenimiento del canal por lo que restaba del año.

No obstante, a esta contratación le hicieron varias adiciones tras el fracaso de las convocatorias abiertas por el Patrimonio Autónomo.

Llama la atención que las dos primeras convocatorias fueron declaradas desiertas por la falta de oferentes.

Y en la tercera convocatoria el Representante Legal de la EDC, Bob Ivonne F. Mitchta, manifestó, el pasado 18 de junio, que “después de haber estudiado los documentos de la licitación en referencia, lamentamos informarle que no podemos ofrecerles un precio acorde al presupuesto originario para la obra. Sin embargo, si es de su interés, estamos dispuestos a ofrecerles una oferta alternativa”.

Como era de esperarse, la solicitud fue rechazada porque los términos de referencia no contemplaban propuestas alternativas por parte de los oferentes.

Finalmente, en esta tercera convocatoria solamente fue presentada una sola propuesta, la de la compañía Dutch Dredging, representada por Eugene Olgers. 

Una propuesta realmente ‘fantasma’ porque no tenía ningún tipo de información sobre los trabajos a realizar ni reunía los requisitos jurídicos, técnicos ni financieros, tal como lo indicó Zona Cero en su momento.

Por estas razones la propuesta fue rechazada y la convocatoria declarada desierta por parte del Patrimonio Autónomo.

Esta situación abrió el camino para la contratación directa (llámese ‘a dedo’), algo que ya se venía cantando y como realmente terminó sucediendo.

En efecto, el Patrimonio Autónomo Findeter - Cormagdalena decidió contratar nuevamente a Jan de Nul para otro dragado en medio de la grave crisis que registra el canal de acceso y que ha obligado a la Autoridad Marítima a reducir el calado operacional.

Sobre este último hecho en particular surgen varios interrogantes: ¿Por qué Jan de Nul o sus filiales no participaron en las dos primeras convocatorias? ¿Por qué en la tercera convocatoria el representante de EDC planteó una “propuesta alternativa” a sabiendas que eso no lo contemplaban los términos de referencia? ¿Por qué contratista y contratantes se ponen de acuerdo en una contratación directa (‘a dedo’) cuando lo ideal sería a través de procesos abiertos, como las convocatorias?

Con toda seguridad, ante las críticas condiciones que se registran en el canal de acceso, especialmente en el sector de Bocas de Ceniza, lo más probable es que el calado operacional sufra un nuevo bajón.

Como se sabe, una decena de motonaves han tenido que ser desviadas a otros puertos por la falta de calado. Otras han tenido que aligerar carga. Y aún así, algunas aligerando carga, tampoco pueden ingresar por las restricciones de calado.

Pero nadie responde por las graves pérdidas para la economía local y regional, situación directamente atribuible a Findeter y Cormagdalena.

 

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