Cinco señales para detectar el riesgo suicida
La Organización Mundial de la Salud conmemora cada 10 de septiembre el Día Internacional de la Prevención del Suicidio.
El suicidio es considerado un grave problema de salud pública por la Organización Mundial de la Salud, dado que cerca de 800 mil personas se quitan la vida cada año.
En Colombia no escapamos a esta tendencia: desde 2009, el número de casos se mantiene en alza y el año pasado hubo 2.696, según la publicación ‘Forensis’ del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
Uno de los mecanismos para ayudar a la prevención es, precisamente, dejar atrás el tabú de que no debe tratarse el tema en público para no incentivar a que sucedan más hechos de este tipo.
“Los estudios han demostrado que preguntar a una persona si tiene ideaciones suicidas es una forma de prevenir, porque esta tiene una opción para pedir ayuda”, explica Marly Bahamón Muñetón, doctora en Psicología, investigadora de Unisimón y coautora del primer manual para prevenir el riesgo suicida en adolescentes colombianos.
A propósito de la conmemoración del Día Internacional de la Prevención del Suicidio cada 10 de septiembre, Bahamón identifica cinco señales comunes a las que se debe prestar atención para detectar a tiempo un posible riesgo suicida.
1. Aislamiento
No querer compartir con los demás, de un momento a otro. En el caso de niños, se puede manifestar en desgano de jugar con otros menores; en adolescentes, el alejamiento de amistades comunes; y adultos, a distanciarse de su círculo familiar cercano.
Al no compartir lo que está pasando, es muy probable que la persona permanezca encerrada en el cuarto, viendo televisión sin interacción con otros o con total atención en el celular.
2. Cambios repentinos de ánimo y comportamiento
Cuando una persona era muy sociable, extrovertida y de pronto se torna irritable. O puede pasar lo contrario.
3. Falta de apetito y problemas de sueño
Pueden pasar de ser personas que eran muy activas y, de un momento a otro, prefieren estar acostadas. “Dormir en exceso o tener problemas para conciliar el sueño pueden ser señales de depresión”, advirtió Bahamón.
4. Desprenderse de cosas preciadas
Un niño que quiera regalar su juguete más querido para dárselo a un amiguito o un familiar; el adolescente que se desprende de su iPad o dispositivo móvil, o el adulto que empieza a hablar de testamentos y repartir sus pertenencias.
5. Expresar ideas o deseos de muerte
De manera seria, jocosa, con humor, en estado de ebriedad o sobriedad, la persona lanza afirmaciones como: “lo mejor sería morirme”, “mi familia descansaría de mí”, “me he convertido en una carga”, “soy un inútil, no sirvo para nada, mejor estar muerto”. También de manera explícita: “me quiero morir”, “un día de estos me van a encontrar muerto”, “se van a librar de mí”.
Grupo de Apoyo para Sobrevivientes de Intento Suicida
Unisimón dispone de un Grupo de Apoyo para Sobrevivientes de Intento Suicida, es decir, quienes hayan intentado quitarse la vida y personas con familiares, amigos o allegados que hayan muerto por esta causa.
El grupo es abierto al público, sin costo alguno, y no cuenta con registro porque se respeta la privacidad de quienes asistan. “Ya llevamos cuatro sesiones, son encuentros de escucha activa, de orientación”, explicó la profesora de Unisimón.
Las reuniones se realizan los miércoles, de 6:15 p.m. a 8 de la noche en el Museo Bolivariano de Unisimón, ubicado en la calle 68 # 53 – 56, barrio El Prado de Barranquilla. Para mayor información están disponibles el celular 3183978725 y el teléfono 3160930 (extensión 1019).
Guardar secreto: otro riesgo
En los encuentros se podrá saber qué hacer en caso de que un familiar o amigo expresa abiertamente que planea atentar contra su integridad.
“Debemos aprender que preguntarles no es malo y que es falsa la creencia de que por eso se instalará la idea de suicidio en el otro; saber que, si pregunto y la respuesta es sí, hay que mantener la calma y evitar respuestas como ‘la vida es bonita’, ‘no te preocupes’, ‘todo va a estar bien’; lo mejor es escuchar y preguntarle cómo puede ayudársele para que reciba ayuda profesional”, indicó Bahamón.
De igual forma, se aprende que no es solución callar cuando se conoce que otro tiene ideaciones suicidas. Aunque pida reserva, lo correcto es aclararle que su vida está en peligro y hacer lo que pide no es la mejor elección.
“Si la persona guarda el secreto y quien se lo dijo se quita la vida, corre el riesgo de ser una víctima potencial de ideaciones suicidas o problemas de salud mental, por el sentimiento de culpa”, alertó la experta en educación, desarrollo humano y familiar.
¿Y quienes tuvieron un intento suicida?
Una persona que atentó contra su vida corre el riesgo de hacerlo de nuevo durante los próximos 6 a 12 meses. En ese tiempo necesita acompañamiento y seguimiento, evaluación de manera constante y atención especializada.
“Su familia o red de apoyo social más cercana debe involucrarse en el proceso, para que aprendan a hacer supervisión constante; si la persona entra en crisis, no se le puede dejar sola y se debe retirar de inmediato cualquier elemento con el que pueda hacerse daño”, enfatizó Bahamón.
*Con información de Unisimón