Ana Benilda Maldonado no recuerda mucho de su pasado. Solo que nació en Cúcuta y que de pequeña acompañaba a su mamá, de nombre María Esther Maldonado,  a su trabajo como empleada de servicio en una casona ubicada en pleno centro de la capital de Norte de Santander.

En la década de los 60, cuando Ana Benilda tenía unos 8 años de edad, una señora que se dedicaba a contrabandear productos desde Venezuela convenció a su mamá de llevarse a la pequeña niña a un viaje, pero aquel viaje nunca tuvo retorno a Cúcuta y finalizó al poco tiempo en Barranquilla, en la casa de la hija de la contrabandista.

“La señora me llevó para Mompox y de ahí nos trasladamos para Barranquilla. La señora me dejó donde una hija y ahí conviví con ella muchos años. Me desarrollé allá hasta que un día me fui escondida de ese lugar porque me maltrataba mucho. Así que me fui e hice mi propia vida”, dice Ana Benilda, quien ahora debe tener 60 años de edad, pues el único dato que tiene sobre su nacimiento se lo dijo la mujer que se la llevó lejos de su familia.

Ana Benilda no recuerda muchas cosas de su vida, y hacer cuentas de los años se le dificulta porque apenas aprendió algo leyendo las cartillas de Coquito que alguna de las patronas que tuvo le obligaba a leer.  Más bien, su vida y su nueva familia se fue formando con el paso de los años. Como ella misma lo dice: “Mi familia es la gente que me fue rodeando con los años”.

Al poco tiempo de irse de la casa donde la habían obligado a vivir, Ana Benilda conoció a Adolfo Julio Escorcia, quien hoy es su esposo, el mismo con el que ahora tiene una decendencia que llega hasta 20 nietos. Con él una vez intentó encontrar a su familia en los años 70, pero sus esfuerzos fueron infructuosos.

“Por ahí en el año 78 mi esposo me llevó a Cúcuta para ver si los encontraba, y todo estaba lo mismito que yo recuerdo. Mi mamá trabajaba en el Centro de Cúcuta, en la parte donde había una iglesia y un parque pegado, era la casa de una señora llamada Paulita de Cáceres”, relata la mujer, quien confiesa que en esa época los nervios le ganaron y no dio siquiera para encontrar la casa donde su mamá solía trabajar.

Ana Benilda es consciente de que es probable que su madre ya haya fallecido, aunque todavía guarda las esperanzas de reencontrarse con sus hermanas de sangre.

“Si ya yo digo que mi mamá no existe, supongamos así, quisiera encontrarme aunque sea a alguna hermana. Porque yo hermanos no tengo. Me acuerdo que yo era la que estaba en el medio de todas. Había como 3 o cuatro menores que yo y tres mayores que yo”, rememora.

Algunos de los nombres de las hermanas que recuerda Ana Benilda son los de Ana Maldonado, Mercedes Maldonado, Gladys Maldonado, Nubia Maldonado y Cecilia Maldonado.

Ana también recuerda que su abuela se llamaba Petrona Maldonado y que tenía un tío de nombre Onofre Maldonado. 

A través del servicio social de Zona Cero, Ana Benilda espera que alguna persona que conozca su historia le ayude a hacer las conexiones suficientes que le permitan volver a encontrarse con su familia. Y así reconstruir el pasado que poco recuerda. 40 años de su vida que quisiera recuperar. 

Ana Benilda puede ser contactada en los celulares 3114252864 y 3005350339.