A Wilson Ramírez, en el fútbol profesional colombiano, lo conocían como el árbitro al que le tocaban los ‘chicharrones’, es decir, que pitaba esos partidos difíciles a los cuales los demás preferían sacarle el cuerpo. Sienpre era tenido en cuenta para dirigir finales pese a no ser un árbitro internacional. 

El barranquillero, de 56 años, falleció el martes nueve meses después de haber sufrido un violento accidente de tránsito cuando conducía su motocicleta en la vía que comunica a Caracolí con Galapa.

Aunque parecía haber superado lo peor de este difícil trance y que iba a poder seguir su vida con normalidad, Wilson no volvió a ser el mismo desde el accidente. Verse postrado en una silla de ruedas, con dificultad para movilizarse, después de haber sido un árbitro enérgico, que se hacía respetar dentro de la cancha, fue un duro golpe para él.

En los últimos días sufrió una de sus tantas recaídas y fue remitido a la Unidad de Cuidados Intensivos en una clínica de la ciudad de donde no pudo salir airoso.

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Era un hombre apreciado por sus compañeros de la Corporación de Árbitros de Fútbol del Atlántico, que lo veían como un ejemplo a seguir. En su momento, varios lo vieron como el sucesor de Jesús Díaz, el mayor referente de los silbatos que ha tenido Barranquilla y el Departamento.

En 2006 se produjo su retiro como árbitro profesional. Ese año sólo dirigió un partido ya que un par de lesiones que sufrió le impidieron actuar con regularidad.

Ese año, la Comisión Arbitral le notificó que no lo tendría más en cuenta, algo que ya presentía porque no había sido llamado a participar de las pruebas físicas y técnicas que se realizarían a comienzos de 2007.

Lo raro de Wilson Ramírez como árbitro era que gozaba del reconocimiento de la gente del fútbol a nivel nacional, que constantemente le decía que era uno de los mejores árbitros de Colombia, a la par de Óscar Julián Ruiz, pero esto no le alcanzó para ser internacional.

“Yo siempre era el candidato para dirigir partidos en plazas difíciles, por eso mis compañeros me decían que era el árbitro de los chicharrones o el árbitro bombero”, comentó en una entrevista concedida a este periodista.

“No alcancé esa meta (ser árbitro Fifa), según los de la comisión, porque a mí me faltaba algo. ¿Pero qué me podía faltar?, si tenía experiencia, buena conducta y nunca me señalaron como deshonesto. Me decepcioné de ver tantas injusticias, de que nombraran como árbitros internacionales a otros que no tenían un recorrido como el mío, pero que llegaron porque tenían como padrino a Álvaro González Alzate. Mi frustración fue que, teniendo calidad, no pude ser árbitro internacional”, agregó Wilson, quien decía amar esa profesión, de la misma manera como se ama a la madre o a los hijos.

Siempre creyó que, por no haber pasado por torneos de la Difútbol, sino que saltó directamente al fútbol profesional, no era del agrado de González Alzate.

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“Yo creo que por eso nunca le caí bien a Álvaro González Alzate, quien es el que maneja los árbitros en Colombia y fue quien en 2003, cuando estuve a punto de ser árbitro internacional, nos sacó de la lista a José Borda y a mí”.

Electricista de profesión y quien como árbitro profesional dirigió 218 partidos, dedicó los últimos años de su vida a dirigir juegos de fútbol recreativo en canchas abiertas de Barranquilla.

Las exequias de Wilson Ramírez se cumplirán este jueves, a partir de las 9:00 a.m. en Jardines de la Eternidad del sur. 

La 𝐃𝐢𝐯𝐢𝐬𝐢𝐨́𝐧 𝐌𝐚𝐲𝐨𝐫 𝐝𝐞𝐥 𝐅𝐮́𝐭𝐛𝐨𝐥 𝐏𝐫𝐨𝐟𝐞𝐬𝐢𝐨𝐧𝐚𝐥 𝐂𝐨𝐥𝐨𝐦𝐛𝐢𝐚𝐧𝐨 - 𝐃𝐈𝐌𝐀𝐘𝐎𝐑, en cabeza de su presidente, Fernando Jaramillo y los 36 clubes afiliados, lamentan el fallecimiento del reconocido ex árbitro barranquillero Wilson Ramírez.

Un… pic.twitter.com/4kakBefpRh

— DIMAYOR (@Dimayor) April 10, 2024