Sebastián Viera durante la celebración sin la camiseta.
Sebastián Viera durante la celebración sin la camiseta.
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Viera, la emoción de un aprendiz que dejó al Junior ‘en el aire’ ante Pereira

Pasó de héroe a villano, en unos cuantos segundos.

En este momento no hace falta recordarle a los hinchas de Junior el fatídico instante en que Sebastián Viera pasó de ser la furia salvadora del partido, a ser señalado como el villano irresponsable que se se hizo expulsar con una jugada propia de un niño que apenas está aprendiendo a jugar al fútbol. 

Y es que no fue el único ídolo que se dejó caer la corona de la cabeza, instantes después de haber marcado un gol antes en el partido. 

Minutos antes, a los 35 minutos del segundo tiempo, poco después de haber logrado el descuento, para meter al equipo en la pelea, Carlos Bacca metió un planchazo con los taches a la pierna de un rival. Revisión de VAR de por medio, fue expulsado. 

¿Cuál podría ser la posibilidad que en el mismo partido, dos ídolos del club, pudieran ser expulsados tras anotar un gol?

Todavía no se entiende bien qué pasó, pero Viera cobró el tiro penal del transitorio empate con la categoría de un veterano, con un derechazo cruzado al ángulo izquierdo del portero. 

Fue en ese momento que Viera olvidó en el torrente de emociones que le inundó la cabeza, como si fuera un juvenil marcando su primer gol en la primera división, que minutos atrás el juez central le había enrostrado una tarjeta amarilla. 

Así que no podía llevar a cabo una celebración desbordada, desafiando al rival, quitándose la camiseta. Pero justamente, todo eso fue lo que hizo, mientras sus compañeros, más al pendiente que él mismo de su condición de amonestados lo trataban de tapar para evitar que el árbitro se diera cuenta. 

Pero en tiempos del VAR, ya nada de esto funciona. Era una amarilla inapelable, de reglamento, de esas cosas que se aprenden primero cuando vas a la escuela de fútbol. 

Sebastián Viera celebrando uno de los goles del Junior.

El rostro de Viera pasó de una mueca de soberbia a una de dolor. Entendió perfectamente que al no haber más cambios disponibles, le acababa de entregar en bandeja la oportunidad de ganar al Pereira en la última bola. 

Jhon Freddy Pajoy se tuvo que ir al arco a atajar, inventado, y en un tiro de Johnny Vásquez nada pudo hacer para el definitivo 4-3. 

Lo de Viera no lo va a bajar del pedestal del ídolo, eso es cierto. Pero, también lo es, que el hecho de estar en un escalón tan alto solo hace más grave su error. 

No puede ser que un jugador tan veterano, por más que su costumbre siempre sea jugar con la calentura y desafiando al rival, por simplemente prender el final del partido le sirva la opción al rival de dañar todo el esfuerzo del grupo. 

Un instante de desconcentración le cortó las alas al 'Ángel del arco'. Y más que eso, le dañó el camino al equipo, que en el crucial partido ante Millonarios no podrá tener a ninguno de sus dos referentes. Ni Viera ni Bacca.

No podrá haber alguien que se lo reproche más a Viera, que él mismo. 

Héroe de tantas jornadas, coreado en las noches, levantando tantos trofeo, un segundo de olvido llevado por las emociones, le dejará uno de sus recuerdos indelebles en su carrera. 

Ahora, como ídolo, no le quedará otra que levantarse, poner la cara y seguir adelante. El Junior lo necesita y los hinchas, se lo exigen. 

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