Tras la derrota en el clásico, el Barça apela al optimismo para ganar LaLiga
Los catalanes tienen esperanzas de revertir el mal momento.
La derrota en el clásico ante el Real Madrid (2-0) le volvió a quitar el liderato de LaLiga al Barça y agravó las sensaciones negativas que acumula el equipo azulgrana desde hace meses, aunque a los jugadores de Quique Setién aún les queda margen para tirar de optimismo en estas doce últimas jornadas del campeonato para revalidar el título de Liga.
El golpe anímico por la derrota y la deficiente segunda parte del Barça en el Santiago Bernabéu fue lo que más difícil de digerir para la afición azulgrana. El conjunto catalán volvió a perder el liderato (recuperado una jornada antes) y por primera vez este curso no depende de sí mismo para conquistar la tercera Liga consecutiva. Estos hechos se suman a la pesada mochila de las decepciones acumuladas desde la debacle de Anfield.
Estos son algunos de los motivos que tienen los azulgranas para aferrarse al optimismo y afrontar el último tramo con certeza de que su equipo puede reeditar el título de Liga:
Quedan 36 puntos en juego y la distancia que separa al Real Madrid del Barça es de un punto más el 'goal average'. En la primera vuelta, ante los mismos adversarios a los que se debe enfrentar en estas 12 últimas jornadas, el equipo de Zinedine Zidane sumó 25 puntos (perdió ante el Mallorca y empató ante el Betis, su rival este fin de semana, el Valencia, el Athletic de Bilbao y el Villarreal). Por su parte, los azulgranas sumaron 27 (perdieron ante el Athletic de Bilbao y empataron ante la Real Sociedad, su rival en la próxima jornada, el Espanyol y el Osasuna). Si repitieran los resultados de la primera vuelta, el Barça sería el campeón.
Leo Messi es el pichichi de LaLiga con 18 tantos, pero está lejos de la marca que consiguió el curso pasado (36). De todas maneras, lleva 3 temporadas seguidas superando la cifra de 30 goles en la competición doméstica y lo ha conseguido en 8 de las últimas 10. Si llega el despertar goleador de Messi, que ya dio un serio aviso con el póquer ante el Eibar, las posibilidades de título del Barça se incrementarán de forma significativa.
El juego desplegado por el Barça durante la primera parte en el Santiago Bernabéu es el camino a seguir. El conjunto catalán se hizo amo y señor del partido a base de movilidad en ataque, control de la pelota, constantes triangulaciones y movimientos de ruptura. Si a estas cualidades se le suma la efectividad, las opciones de los azulgranas crecen.
El domingo Jordi Alba regresó a los terrenos de juego después de su lesión en el abductor de la pierna derecha, pero se le notó falto de ritmo, lejos de su mejor versión. Con el paso de los partidos se puede volver a acercar a ella. La misma lesión sufrió Sergi Roberto, quien se prevé que pueda volver a las órdenes de Setién a mediados de marzo. Con los dos laterales titulares recuperados, el Barça ganará en profundidad en las bandas y ampliará su nómina de efectivos disponibles en una plantilla muy corta.
La adaptación que está mostrando Martin Braithwaite y los detalles positivos que ha mostrado en sus dos apariciones sobre el terreno de juego se suman a los motivos que suman para los culés. El jugador danés tiene que ser el encargado de aportar el desborde en ataque perdido con la lesión de larga duración de Ousmane Dembélé.
La vida de azulgranas y madridistas son un vaso comunicante, que indica que cuando a uno le va bien, ineludiblemente al otro le va mal. Que el Madrid se pueda caer de la Champions en Manchester dentro de dos semanas no esconde que para los barcelonistas será una inyección de moral, siempre y cuando ello afecte en el ánimo del equipo de Zidane, algo que no aconteció el pasado domingo en el clásico, tras resurgir tras haber perdido (1-2) contra el equipo de Pep Guardiola.
EFE