Jugadores del Real Madrid celebran su cuarto título en la Copa Intercontinental.
Jugadores del Real Madrid celebran su cuarto título en la Copa Intercontinental.
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EFE

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Real Madrid y Ancelotti sumaron un título más a sus historiales

El club blanco se consagró tras derrotar 3-0 al Pachuca con goles de Mbappé, Rodrygo y Vinicius.

El Real Madrid conquistó su cuarta Copa Intercontinental, primer club del mundo en conseguirlo, exhibiendo la fortaleza ofensiva de su tridente, con la inspiración de Vinicius como factor desequilibrante ante la lucha del Pachuca, el día que Carlo Ancelotti se convirtió en el técnico más laureado de la historia del club blanco.

Sin necesidad de exhibir un fútbol brillante, casi sin tener que apretar el acelerador, el Real Madrid impuso la lógica futbolística y despertó de su sueño a Pachuca ante la gran distancia de potencial entre los dos equipos. Un título que llega en un momento perfecto para silenciar la crítica a Carlo Ancelotti, cuya cita con la historia muestra la dimensión de su figura.

‘Carletto' fue con todo. Con su once más ofensivo. Mbappé tenía una cuenta pendiente con el Lusail Stadium y debía saldarla.

Su revancha en el estadio donde se le escapó la final de un Mundial tras hacer un triplete, llegaría minutos más tarde. Tras el último intento de Pachuca de decantar la balanza a su lado y no jugar a remolque, como le tocó cuando apareció la calidad de Vini en una acción de altos quilates. Tras el pase al espacio de Bellingham, el brasileño regateó con clase la salida del portero y puso en bandeja el gol a Kylian Mbappé. El decimotercero de la temporada. El segundo en la segunda final que disputa de blanco.

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El respiro del descanso devolvió fuerzas para la batalla a Pachuca. Calcó el arranque del segundo acto. Intenso, presionando arriba. Buscó el empate con un disparo seco de Deossa pero sus esperanzas se desvanecieron en otra acción de calidad madridista. Mbappé descargó a la llegada de Rodrygo que le puso la firma a un golazo. Lanzó amagos al borde del área previos a un recorte seco, con el que se quitó a los rivales de encima, y un disparo a la escuadra.

Era la sentencia a la final. Las esperanzas del Pachuca, que pidió fuera de juego de Bellingham por interferir en la visión del portero, cayeron por tierra cuando el, colegiado revisó la jugada.

Solamente faltaba el gol de Vinicius y el brasileño, el mejor jugador sobre el campo, lo buscó hasta conseguirlo.

De disparo cruzado primero, con una acción de fantasía después, un regate en una baldosa que evitó se convirtiera en uno de los goles del año una gran parada Carlos Moreno, y lográndolo finalmente tras un penalti inocente sobre Lucas Vázquez. No fue bueno el golpeo, pero el balón acabó dentro tras meterse por debajo del cuerpo del portero para premiar a un jugador que siempre aparece los días grandes.

EFE

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