El colombiano James Rodríguez ingresó al minuto 71.
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Real Madrid empató 3-3 ante Las Palmas y perdió el liderato de la Liga

El colombiano James Rodríguez ingresó al minuto 71 y asistió a Cristiano Ronaldo para el empate agónico ante Las Palmas.

Un ataque de locura con una expulsión injustificable de Gareth Bale empujó al Real Madrid a la perdida del liderato de la Liga 16 jornadas después, salvando un punto en los últimos minutos con un doblete de Cristiano Ronaldo que dejó a Las Palmas sin su primer triunfo en el Santiago Bernabéu (3-3).

En el partido, James Rodríguez arrancó de suplente. Ingresó al minuto 71 cuando el equipo jugaba con 10 y perdía por 1-3. James fue clave en el empate. A los 89 le dio un pase de gol a Cristiano Ronaldo, quien igualó con doblete.

El Real Madrid extendió una dinámica repleta de irregularidad en 2017, en manos de una UD Las Palmas sobrada de clase y liderada por un gran Jesé Rodríguez, que acarició una victoria histórica gracias a fallos encadenados de su rival, que tras el error de Bale se extendió con una mano sin sentido dentro del área de Sergio Ramos y un grave error de Keylor Navas que aumenta las dudas que le rodean.

La UD Palmas exigió al máximo al líder con una imagen que contrasta con su momento. Llegaba de cuatro derrotas consecutivas y con la osadía de dudar de Quique Setién, que hace jugar a sus equipos con gran gusto por el balón y sobrada personalidad para adueñarse del Santiago Bernabéu.

Extendió la política de rotaciones Zinedine Zidane dando premios merecidos a Isco y Morata. La ausencia de ambos en Mestalla fue difícil de explicar, con Isco siendo decisivo en las tres últimas victorias ligueras. Mientras Roque Mesa comenzaba a mostrar quien era el dueño del balón, Isco se liberaba en ataque para aprovechar el espacio por el arrastre de centrales a los movimientos de Morata y Cristiano, lanzar un desmarque visto por Kovacic y marcar al definir con calidad ante la salida de Javi Varas.

Era el minuto 8 y al Real Madrid, que incidió en continuos fueras de juego en el primer acto, ya le habían anulado un tanto tras remate de Morata a centro medido de Bale. Pero pensar en una victoria cómoda era una ilusión irreal. Saltaban al campo conocedores del vapuleo del Barcelona al Sporting pero había un rival de mayor entidad enfrente. Ni dos minutos tardó en empatar Las Palmas con un fogonazo repleto de calidad de Tana. Se revolvió con gran velocidad para irse de Ramos con facilidad y soltar un derechazo a la red con Keylor de nuevo sin ser el salvador que era.

El partido dejaba un duelo bonito de amigos. El regreso de Jesé al Bernabéu, su casa, era la nota emotiva del que fuese gran estrella de la cantera y al que una maldita lesión de rodilla le cortó las alas. Exigió a Carvajal mostrando sus virtudes y el madridista le obligó a trabajar en defensa. De un centro del lateral madridista llegó un testarazo de Bale que no encontró portería.

Respondió Jesé con un disparo que taponó Carvajal, lanzando un pulso de velocidad en carrera y generando a la media hora una clara ocasión que perdonó Boateng. El Real Madrid corría tras el balón, desesperaba y perdía el orden dejando espacios que devoraban los de Setién. Viera, con total libertad, daba una lección de fútbol y el 'run run' del Bernabéu torcía el gesto de Cristiano en cuanto escuchaba un silbido a su figura.

El partido comenzaba a caer del lado isleño antes del descanso. Ramos salvaba bajo palos, Viera perdonaba y solo acciones individuales generaban algo de peligro en ataques madridistas. Cristiano la puso perfecta para el gol de Morata pero Lemos salvó desde el suelo.

Arrancaba la segunda parte cuando en un segundo de locura el rumbo cambió de golpe a los 47 minutos. Bale confundía las ganas en la presión con la violencia. Se ganaba la amarilla por una patada por detrás a Viera y la roja al responder el empujón de queja del isleño.

Entre el pánico y la exhibición de Las Palmas, el Real Madrid sufría un cortocircuito que se plasmaba en un penalti sin sentido de Ramos. Salvaba una ocasión de peligro con una entrada limpia y el posterior disparo respondía sacando la mano. Viera ponía el broche a su partidazo aliándose con la suerte en un disparo que rozaba con un pie Keylor, con la fortuna dándole la espalda.

Su noche negra se completaría con el tercer tanto. Cuando se levantaba salvando ocasiones de Jesé, que siempre desequilibró, vio como Boateng ganaba la espalda a Marcelo en un pase largo y salía tarde y mal. Un ligero toque de balón sirvió para esquivar su salida y marcar a placer a Prince que hacía soñar a su equipo.

No parecía el día del Real Madrid que desesperaba en cada acción perdonada y cada decisión del colegiado que erraba en un tanto anulado a Morata por presunto fuera de juego de Cristiano. Solo le quedaba la heroica a la que se viene agarrando demasiado el equipo de Zidane en las últimas fechas, pero el larguero repelía esta vez el remate de Ramos.

Se volcaba el Real Madrid buscando un nuevo milagro, encomiable en el esfuerzo en inferioridad numérica y en su nuevo ejercicio de fe hasta el último segundo. Salvó un punto porque Las Palmas perdonó ocasiones para sentenciar y le faltó la pausa para dormir el encuentro con la posesión. El ritmo de locura dejaba ocasiones de Jesé, el enfado de la grada con Zidane por quitar a Isco pero los cambios dieron más mordiente.

Benzema extendió su línea errática con dos clarísima ocasiones que mandó a limbo, Cristiano perdonaba otras dos, Carvajal veía como una gran mano de Javi Varas impedía el gol y una mano de Dani Castellano metía a su rival en el partido. Cristiano marcaba el penalti en el 87 y dos minutos después ponía el corazón en un testarazo que convertía en mal menor un mal partido en el día que Zidane batía un nuevo récord con 45 partidos consecutivos marcando. No le quedará buen recuerdo. La Liga se le complica.

EFE

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