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Julio Comesaña, técnico de Junior.
Julio Comesaña, técnico de Junior.
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Zona Cero.

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¿Qué ganó Julio Comesaña apostándole a la eliminación de Junior en Copa Águila?

La afición mostró su molestia con el DT de jugar con suplentes y juveniles.

En una determinación que sorprendió y disgustó a los hinchas, Julio Avelino Comesaña, entrenador de Junior, no le puso todas las fichas al partido de vuelta de la Copa Águila ante el Deportivo Cali. Pareció que más bien lo que quería era que lo eliminaran. 

Y la apuesta por la eliminación casi le sale mal, pues el grupo de juveniles y suplentes que utilizó estuvo cerca de la remontada. El estratega no parecía esperar mucho de esos jugadores, pues durante los días previos se dedicó a abonar el terreno para justificar la eliminación. 

“Si nos eliminan, tampoco es un drama”, soltó en su rueda de prensa previa al compromiso. Una perla que ese día dejó frío a más de uno, pues lo que se esperaba era una reacción del equipo para tratar de lograr el paso a la siguiente fase. 

Al menos, eso es lo que le corresponde y lo que la afición espera de un equipo grande y competitivo que el mismo Comesaña proclama ser “los bicampeones de Colombia”, al gritarlo a los cuatro vientos.

Pero la realidad de las cosas quedó demostrada al contrario. Al técnico le fastidió tener que salir a remontar y por eso, en voz baja, renunció a sus posibilidades prefiriendo mandar a  la cancha por encima de los titulares a un gran número de jugadores juveniles como Luis Sandoval y Stewart Acuña, algunos que venían de un largo periodo de inactividad como Luis Narváez y muchos otros suplentes como José Luis Chunga. 

La verdad es que de todo ese grupo que llamó, la gente solo tenía la esperanza de ver a Matías Fernández. A quién técnico le demostró no tener ninguna confianza pues quería meterle en un partido donde no tuviera que ser “salvador”. Es decir, en palabras menos, no esperaba que el chileno fuera determinante en el juego. 

Es más, el ingreso del chileno se dio como el tercer cambio, con todo en contra en el marcador y con pocos minutos. Resultó que Acuña abrió el marcador en los primeros 15 minutos. Y al remate del juego, en el minuto final, Fernández fue el héroe que no quería Julio Avelino. 

Comesaña no designó al chileno Fernández como el quinto pateador y los hombres de su confianza Luis Narváez y Freddy Hinestroza fallaron los penales más importantes: el primero y el quinto. Al final, apuesta ganada, eliminado de la Copa Águila y dejando la imagen de lucha hasta el final, para disimular. 

La pregunta del millón: ¿Qué ganó Julio Comesaña al apostarle a la eliminación de la Copa Águila?

Desde inicios de semestre el estratega viene dejando impresión de soberbia. No está cómodo y parece que las dos estrellas consecutivas le han generado más un problema que una alegría. 

El equipo armado este semestre por la directiva para buscar más triunfos le parece menos que el del año pasado. Además, no le ha encontrado la vuelta. 

Ha Intentado con una escuadra diferente casi cada fecha, algunas veces por lesiones y otras tantas por sus inseguridades. 

Dos estrellas en el bolsillo no lo hacen infalible e inalcanzable para las críticas. Eso que lo tenga claro tanto el DT, como un séquito que se niega a cualquiera que lo critique. 

Precisamente eso le molesta: crítica y la diferencia de conceptos. Le estresan las preguntas de los periodistas y sobre todas las cosas, ha comenzado a mostrar un nivel de beligerancia propios del Comesaña peleonero de hace 30 años. 

Su golpes con Lucas Pusineri en el juego de ida lo dejaron a él suspendido mes y medio y al técnico del Deportivo Cali libre de toda culpa. 

Y encima, tuvo la mala suerte durante el más reciente partido que la cámara lo enfocase mientras se ‘lucía’ haciéndole un gesto obsceno con el dedo medio a alguien en la tribuna.

Para este Comesaña saturado, tener que pensar en la Copa Águila, y la sola obligación de competir, es un estorbo y hasta un castigo y lo decidió bajo el pretexto de que el título de esta competencia no le brinda ningún beneficio al club, tras ya haber alcanzado su cupo a la Copa Libertadores 2020. 

Por eso Julio Avelino le apostó a la eliminación, en voz baja y con una derrota que disimuló la situación, para concentrarse en lo que él piensa es lo único importante en este momento: enfocarse en la Liga y lograr que el equipo juegue bien.

Ahora, lastimosamente, tiene otro problema encima y de este no se puede salir.

Con el fracaso que ha resultado varios de sus refuerzos, como el venezolano Edder Farías a quién pidió a capa y espada, lo que le queda es darle la oportunidad a esos que ha puesto en el cuarto de San Alejo y que a merced de su deseo de salir eliminado, tuvieron su vitrinazo este jueves. 

Los juveniles como Stewart Acuña y el recuperado Matías Fernández aparecen brillantes como posibilidades para la falta de gol y la ausencia de juego de su equipo. En tanto, algunos jugadores de su riñón parecen, ahora más que nunca, necesitar un paso al banco de suplentes. 

Sin duda que manejar a un equipo campeón y lleno de figuras no es fácil. Pero tampoco es fácil para una afición ver que su equipo lleno de figuras y campeón decida renunciar a un torneo porque el técnico no puede manejar tantas situaciones al tiempo. 

Y sí, Julio abre el ojo. Ya no hay excusas pues al renunciar a la Copa Águila la gente no aceptará otra cosa diferente a un equipo que pelee el título de la Liga hasta el final y con buenos argumentos. 

Después todo esa fue la apuesta, cambiar unas por otras. Ahora a esperar a que no le juegue en contra. 

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