El pasado sábado 23 de junio, el cordobés Jesús Posso se paró en la caja de bateo del recién inaugurado estadio Édgar Rentería. La pizarra estaba 4-2, en la parte baja del séptimo capítulo, en contra de Colombia, que jugaba serie amistosa internacional ante la encopetada Cuba.

Un corredor colombiano, Cristian Cano, se encontraba en primera esperando remolque. El lanzamiento del cubano vino franco desde la loma. Posso ni lo dudó, apenas sus ojos se clavaron fijos en la pelota hizo un swing con toda la fuerza que su prominente humanidad le permitió.

“Claro, sí. Fue un pitcheo quebrado, se le quedó quedó un poquito alto y aproveché la oportunidad e hice el swing perfecto”, recordó Posso a Zona Cero la mañana de este martes.

La bola salió despegada como un bólido del madero. Se fue para no regresar más. Se tragó el jardín izquierdo y fue aterrizar más allá de los muros de ese bosque. Cuadrangular de dos carreras, 4-4 en la pizarra y juego nuevo. Al final, victoria colombiana por 5-4.

Sin duda, el bambinazo fue clave para el triunfo nacional en aquella oportunidad. Pero más que todo, pasó a la historia al ser el primero despachado por un pelotero colombiano en el estadio. Hoy Posso espera poder aportar ese mismo poder a la Selección Colombia de Béisbol sub-23.

“Todavía estoy alegre por eso. Haber dado jonrón contra Cuba, que es una potencia muy fuerte y lleno de fanáticos. Una alegría para mí”, manifestó el receptor que con la experiencia adquirida durante los juegos con el equipo de mayores, es uno de los referentes del cuadro nacional.

Posso, quien de momento se encuentra sin ser firmado por ninguna organización, es un hombre de pocas palabras. Sin embargo, mide bien las que tiene que decir para compartir órdenes con su lanzador. En su posición llevar la voz de mando es fundamental. Además, de la fuerza que le puede dar al lineup del equipo.  

En sus cinco temporadas como profesional, las tres primeras en el sistema de ligas menores de los Filis, para luego jugar dos años en Ligas Independientes, Posso acumula 202 imparables, de los cuales 20 han sido cuadrangulares, 118 carreras impulsadas y un promedio ofensivo de .251, números nada despreciables.

Tanto es así, que es visto tal vez como el bateador de más fuerza dentro del roster colombiano y es el llamado a repetir su hazaña jonronera durante el campeonato.

“La verdad es que le doy muchas gracias a Dios, que es a quien todo se lo debo. Todo es con trabajo y esfuerzo, con eso todo se logra. Eso es lo que todos queremos en un juego de pelota. Ojalá se den las cosas”, deseó.

Colombia debutará el viernes con Holanda, pero además deberá medirse a complicados rivales como China Taipéi, México y rematar con Japón. Además del incógnito Sudáfrica. Sin embargo, el nacido en San Antero, confía plenamente en sus compañeros para lograr el objetivo.

“Bueno, tenemos un buen grupo y trabajando se logra todo. La verdad es que estamos trabajando fuerte para eso, haciendo las pequeñas cosas que se deben hacer en el terreno del béisbol. Hay que ganar”, cerró.